UNA POLÍTICA DIFERENTE


¿Podríamos definir qué sería la política para los Guerreros de Hoy? ¿Cuál es la política de los auténticos guerreros, de lo seres humanos con una mente en calma y un corazón abierto? Hay cuatro elementos fundamentales en los que se podría basar una filosofía política inspirada en el Camino del Guerrero y sus principios.
Vivimos tiempos de confusión, de cambios, de injusticias, de corrupción, y de políticas que parecen no llevarnos a ningún sitio. Ante el panorama actual, los Guerreros de Hoy no pueden evitar pensar en la política y los asuntos internacionales desde una perspectiva diferente, basada en los principios que han descubierto al ir recorriendo el Camino del Guerrero.

Hoy en día necesitamos una nueva forma de pensar sobre la política y el mundo. Puede haber una "filosofía política del guerrero de hoy", esa política significaría pensar en el gobierno, el estado, el poder y los valores (como la igualdad, la libertad y la justicia) desde el punto de vista de la filosofía del Camino del Guerrero. Se ocuparía de armonizar el poder político con los principios éticos y morales de las enseñanzas guerreras.
Basándonos en estas enseñanzas que nos ayudan a mantener una mente clara y en calma, y un corazón abierto, hay cuatro componentes que serían clave para una posible filosofía política de los Guerreros de Hoy:


La Ley natural

Primero, la política de los Guerreros de Hoy se entendería en términos de la visión guerrera de la existencia. Según esta, toda existencia, individual y colectiva, está interrelacionada y sujeta a unas leyes naturales. Todas las sociedades y comunidades están sujetas a cambios, condicionadas por muchos factores interdependientes e interrelacionados.

Esto contrasta con la visión positivista de la filosofía política occidental moderna. La visión positivista es una visión seglar y racional del mundo que dice que todas las cosas en el mundo pueden observarse de manera objetiva sin recurrir a explicaciones de causas primeras o "últimas" como un dios o la naturaleza. En derecho y política, el positivismo dice que el soberano (es decir, el gobernante, el gobierno) es la fuente de toda autoridad política sin tener que referirse a ninguna ley natural que exista independientemente o por encima de dicha autoridad.
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El problema con el positivismo es que reduce la política a una mera función de poder sin considerar ningún principio superior, como la moralidad. Desde el punto de vista del guerrero, una filosofía política que ignora la ley natural y hace caso omiso de principios como la interdependencia y la unidad de la vida solo dañaría a los individuos y las comunidades. Para ilustrar esto más a fondo, podemos considerar estos principios a la luz de la idea guerrera del “no ser”.


Las enseñanzas guerreras nos muestran que siempre que nos identificamos con una entidad independiente, como una clase, nación o religión en particular, imponemos o proyectamos un "yo" estático en un mundo dinámico y fluido y creamos sufrimiento. La separación entre "uno mismo" y todo lo que no es "uno mismo" crea resistencias, conflictos, tensiones, discordias y desarmonías. Y los pensamientos, palabras o acciones que ignoran esta ley natural crean sufrimiento.
Comentarios políticos, como que algunos deberían "regresar" a su lugar de origen, crean un "yo" limitado basado en la idea de raza, etnia y lugar de origen. De esta limitación surge la idea de que cualquier persona afectada por estos comentarios está separada de la que los hace (y de aquellas como ella). De esta separación surge la oposición entre un político (y aquellos como él) y las otras personas (ya sean políticos o no) basadas en la idea de raza, etnia y lugar de origen. De esta oposición surge resistencia, conflicto y sufrimiento (por ejemplo, frustración e indignación).
De esta manera, podemos ver cómo una filosofía política que ignora la ley natural y sus principios como la interdependencia y la unidad de la vida puede crear sufrimiento.


Moralidad

Segundo, en la filosofía política del guerrero, la política sería una tarea moral para cualquier líder. Por el contrario, la mayoría de las filosofías políticas occidentales modernas interpretan la política como "moralmente neutral" basada puramente en las consideraciones utilitarias del poder y el bien público de un líder.

En el Camino del Guerrero, florecer es vivir de acuerdo con la ley moral universal de amar y respetar toda forma de vida. Vivir de acuerdo con las enseñanzas guerreras llevando a la práctica sus principios básicos (descritos en “Los 8 pasos para vivir conscientemente”) conduce a la felicidad y la satisfacción entre los individuos y las comunidades, mientras que descuidar o violar esos principios conduce al sufrimiento.
De esta manera, una filosofía política del guerrero sería una extensión de la ética y la moral del Camino del Guerrero en el ámbito público. Las enseñanzas guerreras abarcan a todos los seres, individuales y colectivos, así también, una filosofía política del guerrero interpretaría y expondría estas enseñanzas socialmente.
En las enseñanzas guerreras se ilustra la importancia de la moralidad en la política, enfatizando la importancia de dar, de hablar correctamente, de una conducta beneficiosa y de la imparcialidad como las bases para construir una comunidad saludable.

En algunas enseñanzas y metáforas guerreras se exponen los principios de un gobernante ideal, que incluyen la integridad personal, el carácter moral, una preocupación por el bienestar de todos los seres, la no violencia y la no oposición a la voluntad del pueblo. En ellas se dice que el carácter moral de un gobernante determina el carácter moral de la sociedad y la civilización que gobierna, y de igual manera, una disminución en el carácter moral de un gobernante resulta en el deterioro moral de esa sociedad.


Karma

Tercero, una filosofía política del guerrero explicaría la evolución del mundo a través del karma, la ley universal de causa y efecto. Como toda existencia está condicionada por factores interdependientes, una filosofía política del guerrero de hoy consideraría la relación entre varias causas y condiciones al explicar el surgimiento, expansión, contracción y desintegración de los fenómenos sociales y políticos.
La ciencia política occidental moderna también analiza las causas de los fenómenos, pero estas causas generalmente se analizan individualmente, de forma aislada de otras posibles causas. Una filosofía política guerrera, aplicando la teoría del karma, sugeriría que todas estas causas y condiciones juegan un papel en el surgimiento de los problemas actuales como el racismo, la homofobia, la violencia de género, etc.

Esta teoría guerrera del karma también ayudaría a explicar cómo las sociedades cambian con el tiempo. Por ejemplo, la elección de un partido o presidente en particular se explicaría históricamente como un ejemplo de diferentes causas y condiciones trabajando juntas: un sistema político particular (bipartidismo, sistema electoral, etc.), una sociedad particular (afectada por una recesión económica, deficiente educación, con un declive de la clase media, etc.) y una cultura particular (desinformada o manipulada por los medios de comunicación, muy influenciable por las redes sociales, etc.). De esta manera, la teoría del karma explicaría la historia basada en la visión que el guerrero tiene de la existencia.
El bien humano

Cuarto, una filosofía política del guerrero de hoy tendría una concepción particular del bien humano y los medios por los cuales se alcanzaría. El Camino del Guerrero se caracteriza por permitir que los individuos y las sociedades se den cuenta de su capacidad de felicidad y bondad a través de la sabiduría, la moral y la diligencia. Por lo tanto, su filosofía política buscaría crear una política que aliviara la angustia del pueblo a través de medios moralmente hábiles, en lugar de complacer su codicia, su odio y su autoengaño.

Hemos llegado a un punto en Occidente donde corremos el riesgo de perder nuestra cordura y estabilidad como civilización en un mundo lleno de codicia, odio y engaño. He planteado aquí una filosofía política del Guerrero de Hoy tan solo como una forma de pensar de manera diferente sobre la política y los asuntos internacionales en la situación actual. Una filosofía política guerrera que explicaría cómo y por qué llegamos aquí en función de nuestros impulsos humanos, pero que también ofrecería el mismo destello de esperanza que ofrecen las enseñanzas guerreras: que florecemos individual y colectivamente cuando despertamos a nuestra capacidad básica de abrazar y vivir en armonía con las cosas tal y como realmente son.

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