La meditación de permanencia
apacible (calma mental o atención plena) es fundamental en la práctica del
guerrero.
El propósito de la meditación de permanencia apacible es estabilizar la
mente cultivando una conciencia constante del objeto de meditación. La
práctica tradicional utiliza diferentes tipos de soportes o anclas para nuestra
práctica. Finalmente, llegamos a practicar sin apoyos meditando en el mismo
vacío de una conciencia abierta. En la práctica en particular que se
explica más adelante, las instrucciones son para meditar usando la respiración
como el foco de nuestra atención.
La meditación de permanencia apacible nos permite experimentar nuestra
mente tal como es. Cuando practicamos, podemos ver que nuestra mente está
llena de pensamientos, algunos conducen a nuestra felicidad y mayor
realización, y otros no. No es extraordinario que nuestras mentes estén
llenas de pensamientos, y es importante entender que es natural que haya tantas
cosas en la mente.
Con el tiempo, practicar la permanencia apacible calma nuestros
pensamientos y emociones, experimentamos la tranquilidad de la mente y
permanecemos con calma con nuestros pensamientos tal y como son, finalmente,
esto lleva a una disminución de pensamientos inútiles.
Cuando experimentamos una conciencia estable, entonces estamos listos para
practicar la visión clara, en la que desarrollamos una percepción de lo que es
la "mente" investigando la naturaleza de los pensamientos en sí
mismos. El objetivo final es practicar unidas la permanencia apacible y la
visión clara, lo que abre la puerta a la realización de la verdadera naturaleza
de la mente.
Tradicionalmente, las instrucciones de meditación para practicar la permanencia
apacible abarcan tanto el cuerpo físico como la mente.
La postura de los
siete puntos
La postura de siete puntos es un antiguo
conjunto de puntos sobre la postura que alinean el cuerpo físico con nuestro
cuerpo energético. Esta postura ha sido practicada durante miles de años
por yoguis y guerreros. Los siete puntos son:
1.
Sentarse con las piernas cruzadas.
2.
Manos sobre el regazo o las rodillas.
3.
Tener la espalda recta.
4.
Separar los hombros para abrir el chakra
del corazón.
5.
Bajar la barbilla.
6.
Abrir la boca ligeramente con la lengua
apoyada en el paladar.
7.
Ojos abiertos, mirando a unos cuatro
dedos por delante de la punta de la nariz.
Una postura adaptada
al cuerpo

1.
Sentarse en un cojín o una silla, permanecer
de pie o acostarse.
2.
Colocar las manos de una manera que sea
cómoda.
3.
Mantener la espalda lo más recta
posible.
4.
Mantener los hombros relajados y el
pecho abierto.
5.
Mantener la cabeza de una manera que sea
cómoda.
6.
Mantener la mandíbula inferior
ligeramente abierta.
7.
Mantener los ojos cerrados o abiertos.
La meditación
Hay muchas formas de meditación centradas
en la respiración. Algunas se han dejado por escrito, mientras que otras
se han transmitido solo oralmente de maestro a discípulo. A continuación, tenemos
las instrucciones de una forma de meditación básica centrada en la respiración:
1. Coloca el cuerpo en una posición cómoda
y comienza la práctica prestando atención a la respiración. Nota la
inhalación y la exhalación.
2. A medida que notes la respiración, sigue
dejando ir los pensamientos a medida que surjan. Cada vez que te distraigas
al aferrarte a un pensamiento, regresa a la respiración. Sigue haciendo
esto una y otra vez.
3. Finalmente, a medida que exhalas, sé
consciente de que el aire de tu respiración sale y se disuelve en el
espacio. Observa y sé consciente también de lo que ocurre con el aire en
la inhalación.
4. Disminuyendo la velocidad, deja que tu
conciencia se mezcle en un espacio abierto con la respiración, tanto al inhalar
como al exhalar.
5. Para profundizar en la práctica, después
de la inhalación comienza a contener la respiración durante unos segundos antes
de exhalar. Al hacer esto, estás dividiendo la respiración en tres partes:
inhalación, retención y exhalación. Sigue haciendo esto.
6. Mientras inhalas, canta “Om” silenciosamente
en tu mente. Mientras retienes el aire, canta “Ah”. Mientras exhalas,
canta “Hum”. El canto de estas sílabas sagradas ayuda a mantener aún más
la conciencia y se cree que purifica nuestra mente.
7. A medida que sigues exhalando, relájate
más. Continúa la práctica con atención y conciencia, dejando ir los pensamientos
y volviendo a la respiración. Haz esto tanto tiempo como puedas.
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