En estos momentos difíciles, de
crisis, desesperación, abatimiento… ¿no crees que sería lo mejor que nos podría
pasar? Que se extendiera una epidemia de ¡ENTUSIASMO!
Sé que muchos se preguntarán ¿qué
razones tengo para entusiasmarme viendo como está el mundo? Pero, precisamente
por eso, por cómo está el mundo en estos momentos, necesitamos extender el
entusiasmo por todo el mundo. Puede que éste sea el antídoto a tantos
problemas, depresión, y falta de energía para emprender un nuevo rumbo en la
sociedad y en nuestra propia vida.
No podemos esperar que otros
(políticos, científicos o jueces) cambien nuestro mundo, está en nuestras manos
levantar el ánimo y animar a otras personas a vivir de una mejor manera. Vivir
mejor no depende exclusivamente de las posesiones materiales, es
fundamentalmente una cuestión de actitud. Ha llegado el momento de dejar de
pensar en lo que no tenemos, en lo que nos falta o hemos perdido, y empezar a
apreciar la riqueza que ya tenemos, ahora mismo, en nosotros y en nuestra vida,
tal y cómo sea en este momento.
Si tomamos un momento para
observar con calma TODO lo que hay en nuestra vida, podremos descubrir,
apreciar y disfrutar de una riqueza que tal vez no habíamos visto hasta ahora.
El mero hecho de estar vivos ya es suficiente razón para entusiasmarnos, hoy
tenemos un día más para experimentar, para aprender, para comunicar, para amar…
para hacer saber a nuestros seres queridos que los amamos.
Tenemos un cuerpo
sorprendentemente sofisticado, que nos permite percibir a través de nuestros
sentidos una inmensa cantidad de sensaciones: los hermosos colores del
atardecer, el sonido del viento en las hojas de los árboles, el aroma de una
flor, el sabor de una fruta madura, las caricias sobre nuestra piel…
Disfrutamos de una mente
profunda, vasta, creativa, en su mayor parte aún por descubrir, pero con un
potencial inimaginable. Somos capaces de crear, de imaginar, y de hacer
realidad las ideas más increíbles. Podemos recrear en nuestra mente los
momentos más felices del pasado e imaginar un futuro hermoso en el que
disfrutamos de la vida que nos gustaría.
Pero lo mejor de todo es que…
¡Todo es posible! Si realmente deseamos algo con suficiente fuerza, con
ilusión, con determinación ¡podemos conseguirlo! Seguro que has oído hablar de
muchos casos en los que personas que lo tenían todo en contra, ya fuera por
cuestiones físicas, sociales o económicas, han sido capaces de superar todos
los obstáculos y alcanzar su sueño, un sueño que nadie creía que pudiera
hacerse realidad.
De igual forma, si somos capaces
de imaginar durante unos instantes ese mundo en el que nos gustaría vivir, y
sentirnos como si ya estuviéramos en ese lugar y en ese momento, ya hemos
empezado a crear esa nueva realidad y a vivirla, de hecho es suficiente pensar
que estamos viviendo algo que nos alegra para cambiar nuestro estado de ánimo.
Todo empieza con un pensamiento,
un deseo, una ilusión, y si a eso le añadimos entusiasmo y ganas de hacerlo
realidad, podremos empezar a cambiar la realidad, nuestra realidad y la del
mundo que nos rodea.
¡Entusiásmate con este nuevo día!
¡Entusiásmate con la oportunidad de hacer algo un poco diferente! ¡Entusiásmate
con la posibilidad de “contagiar” a otros tu entusiasmo!
Si cada uno de nosotros nos
entusiasmamos hoy, aunque sea con una pequeña cosa, y ayudamos a otros a ver
algo por lo que entusiasmarse, estaremos creando esa epidemia de entusiasmo que
necesita el mundo para salir de esta depresión generalizada en la que ha caído.
¡Entusiásmate! ¡Entusiasma a
alguien! ¡Pongamos en marcha una epidemia de entusiasmo!
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por tu colaboración.