¿QUÉ ES MINDFULNESS?

La práctica de la atención plena, o Mindfulness, te puede ayudar a que cada día seas más consciente, de ti, del entorno, y de la vida en general.


Mindfulness es ser consciente, deliberadamente y sin juzgar, de lo que está sucediendo en tu mente, cuerpo y entorno en el momento presente. La atención plena es tanto un estado mental como una práctica en la que uno presta atención a propósito. En pocas palabras, “mindfulness” es la atención consciente.

Practicar la atención plena puede ayudar a desarrollar la resiliencia al estrés, fortalecer las relaciones personales y mejorar la salud física y mental. A través de diferentes tipos de práctica de mindfulness, podemos desarrollar una conciencia momento a momento de nosotros mismos y de nuestro entorno, una sensación de disminución del estrés y la ansiedad, y una mayor sensación de tranquilidad y bienestar. 

Siempre hay algún elemento de atención plena presente en cualquier momento: si estás atento a algo, estás siendo consciente. Sin embargo, la verdadera atención plena llega cuando uno es consciente y desapegado de lo que está presente en su mente, cuerpo y entorno. Esto se conoce como la "conciencia sin ego" de la atención plena.

Practicar la atención plena es estar realmente vivo

Tipos de práctica de mindfulness

La atención plena es una capacidad básica de la mente. Se puede practicar por diferentes razones y de muchas formas diferentes, con un enfoque espiritual, psicológico, o puramente práctico. 
Dado que la atención plena siempre está presente en la mente, técnicamente puedes practicarla en cada momento de cada día. Ya sea mientras te tomas el café de la mañana, mientras haces algún tipo de ejercicio corporal por la tarde o, incluso por la noche observando tu respiración mientras te quedas dormido, esta herramienta de la atención plena siempre está a tu disposición. Algunas de las formas más populares de practicar mindfulness son:

1) MEDITACIÓN

La meditación sentadacaminando, de escaneo corporal y de movimiento son prácticas beneficiosas de atención plena para centrar la mente y el cuerpo en el momento presente. Coordinar la mente y la respiración es una parte esencial de la práctica de mindfulness en cada uno de estos estilos de meditación. Al concentrarte en la respiración, puedes aportar un elemento de meditación a cualquier actividad que realices.

2) HACER UNA PAUSA

Tomarte un momento para hacer una pausa consciente a lo largo del día es una de las formas más fáciles de incluir la práctica de mindfulness en tu vida. Cualquier momento libre se puede utilizar para una pausa consciente. Ya sea realizando tres respiraciones conscientes en la sala de espera del médico, haciendo una pausa para sentir tus emociones antes de enviar impulsivamente un correo electrónico en el trabajo o siendo deliberadamente consciente de tu entorno mientras conduces, una pausa rápida y consciente puede mejorar mucho tu día.

3) CONCENTRACIÓN

En cada momento de cada día, nos encontramos con multitud de cosas que observar. Nuestros días están llenos de un fluir continuo de pensamientos, emociones, movimientos, objetos, interacciones y experiencias. Al decidir concentrarnos conscientemente en cada uno de estos sucesos a medida que surgen, podemos impregnar nuestra vida con mindfulness de una manera natural. De esta forma, mindfulness se convierte poco a poco en una parte natural de la vida, sin limitarlo exclusivamente a un tiempo concreto para practicarlo.

Recuerda que realmente no importa lo que estés haciendo, porque si lo haces con una presencia plena, atenta y consciente, estarás convirtiendo lo que sea que hagas en una práctica de mindfulness.


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