Cuando te sientes demasiado ocupado para meditar, es
el momento de reformular tu idea de meditación.
Si tienes un trabajo que te ocupa todo el
día y niños pequeños que cuidar, intentas dormir lo suficiente y hacer
ejercicio regularmente, te mantienes informado y eres un ciudadano implicado en
tu comunidad, es muy posible que te sientas tenso, y que te cueste encontrar
suficiente tiempo para meditar.

Entonces, ¿cómo priorizamos la práctica
espiritual dentro de nuestros horarios? ¿podemos encontrar otros lugares
en nuestra vida donde practiquemos simplemente ser?
Para encontrar ese tiempo para
practicar, puede sernos de gran ayuda redefinir el aspecto de la práctica de
meditación. Si entendemos la
práctica como una forma de volver a nuestro hogar, una especie de regreso a
casa, puede convertirse en un gran descanso de la atención fragmentada de la
multitarea diaria. Pregúntate a ti mismo: ¿Hay momentos del
día en los que podría simplemente estar un rato conmigo mismo? Es
posible que encuentres algunas oportunidades a lo largo del día en las que
podrías prestarte a ti mismo un poco de atención exclusiva. ¿Cuántas
veces al día puedo salir de mi ajetreo habitual y tener una experiencia directa? Tal
vez puedas aprovechar la pausa para comer incluyendo una práctica durante la
comida, prestando toda tu atención a lo que comes, siendo consciente de cada bocado.
Cierra los ojos, vuelve tu conciencia hacia tu interior. Disminuye la
velocidad.

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