CÓMO ESTABLECER UNA PRÁCTICA DIARIA EN SEIS PASOS

Ya sea meditación, yoga, o tu actividad creativa favorita, conseguirás mucho más si la practicas diariamente. A continuación, encontrarás seis pasos que te ayudarán a disfrutar de los beneficios de una práctica diaria.

Ir a un curso o retiro es una estupenda forma de profundizar en nuestra práctica, sea cual sea. Pero ¿cómo podemos seguir conectados con estas prácticas que nos ayudan a despertar cuando volvemos a casa donde nos esperan miles de proyectos, emails, responsabilidades, y distracciones?

Esta es una pregunta que no sólo se puede aplicar a la meditación, el yoga, y otras prácticas espirituales, sino también a cualquier arte creativo con el que nos queramos comprometer, como pintar, escribir, o tocar un instrumento musical. Es paradójico que las prácticas que sabemos son más vitales para nuestro bienestar son las cosas que normalmente dejamos a un lado por las tareas diarias que sentimos como más urgentes.

Puedes empezar cada día con la intención de emplear media hora para sentarte a meditar, de practicar meditación caminando por el parque, o de escribir tres haikus capturando la esencia de tu experiencia. Pero al levantarte te das cuenta que se ha acabado el café y la mantequilla, tienes 123 emails sin leer, tenías que haber pagado ayer una factura, hay que poner la lavadora, o tu hijo necesita ayuda con los deberes. Así que, una vez más, dejas para mañana la meditación o la práctica que te proponías hacer. Y así un día tras otro.

Pero, para evitar que sigan pasando los días sin practicar, podemos establecer un efectivo plan en seis pasos que nos ayude a establecer y mantener una práctica en casa de casi cualquier cosa, incluso en medio de una vida muy ocupada. Este plan puede hacer que mantengamos durante años una práctica de yoga, meditación, o algún otro proyecto artístico a largo plazo, como escribir un libro, o pintar.

Estos son los seis pasos de este plan, espero que los pruebes y te sean útiles para mantener una práctica diaria:


1. Ten una intención clara

Debes tener muy claro con qué te vas a comprometer, e incluso más importante, por qué.

¿Por qué es importante para ti mantener una práctica de meditación, o hacer tai chi, o dibujar? ¿Qué parte de ti necesita esa práctica para nutrirse y desarrollarse? Escribe en un papel tus razones. Cuanto más específico seas, más fácil es que la lleves a cabo. No es simplemente decir “quiero meditar más”. Es concretar tu intención escribiendo, por ejemplo, “me comprometo a meditar diez minutos antes de despertar a los niños para ir a la escuela porque eso me mantiene en calma, más consciente y presente para mi familia”. Para hacer que tu intención sea aún más fuerte, puedes compartirla con alguien cercano a ti. Pero, al mismo tiempo, ten cuidado de no hablar demasiado abiertamente de ello, porque eso puede disipar la energía.


2. Establece un momento específico

Ese momento es como una señal que te recuerda que debes comenzar a practicar. Por ejemplo, puedes decidir meditar todas las mañanas de 7 a 7:30h. También puede ser un momento variable, puedes proponerte hacer media hora de yoga justo después de trabajar, sea la hora que sea. O puedes hacer diez respiraciones conscientes antes de abrir tu email. Para asegurarte que tus buenas intenciones no son avasalladas por otros planes, reserva ese tiempo con anticipación. Puedes anotarlo en tu agenda y no programar nada más durante ese tiempo. Asegúrate también de tener en cuenta cualquier preparativo que sea necesario para tu práctica, y hacerlo antes para que todo esté preparado cuando llegue el momento.

Empieza poco a poco, no pongas el listón demasiado alto. Es más beneficioso meditar diez minutos todos los días durante un año que meditar una hora al día durante tres días, y después dejarlo por estar agotado. De nuevo, puede ser de ayuda decirles a las personas más cercanas lo que estás haciendo, sobre todo si vivís juntos, así ellas podrán ayudarte a cumplir tu compromiso.

3. Reúne todo lo necesario

Asegúrate de tener todo lo necesario para tu práctica en un lugar donde puedas encontrarlo fácilmente. De esta forma no tendrás que perder tu precioso tiempo buscándolo por diferentes lugares de la casa. Ten tu rincón de meditación con un cojín que te invite a sentarte, un pequeño altar, y el incienso y cerillas necesarios. Si quieres, por ejemplo, escribir tus sueños todas las mañanas, coloca un cuaderno y un bolígrafo al lado de tu cama.


4. Haz tu práctica

No pierdas el tiempo dedicado a la práctica distraído o intentando pensar por dónde empezar. Te ayudará tener un plan ya establecido o un guion de lo que tienes que hacer, sobre todo al principio. Debes conocer la técnica de meditación que intentas hacer, por ejemplo, meditación en la respiración o la práctica de amor compasivo, y sigue practicando ese método durante al menos una semana antes de cambiar. Si piensas usar una meditación guiada, descarga con antelación las instrucciones, para que no gastes el tiempo de meditación buscando y descargando lo que necesitas.

Si practicas yoga, haz un resumen con una rutina a la que puedas siempre volver, sabiendo que, si te siente inspirado, siempre puedes cambiarla una vez que estás en marcha. Si estás escribiendo, deja algunos apuntes en tu diario que te den pie para empezar a escribir.

5. Recompénsate

Sí, ya sé que en teoría la práctica es la recompensa, pero especialmente cuando estás estableciendo una nueva rutina, también es de ayuda tener una recompensa externa. Después de tu meditación, puedes prepararte una taza de té y tomarla lentamente mientras ves salir o ponerse el sol. Tras tu sesión de yoga, puedes ver una película graciosa con tus hijos. Cuando acabes de hacer tus dibujos, puedes poner una carita sonriente en tu calendario. A nuestro cerebro le encanta este tipo de refuerzo positivo.


6. Refleja tu progreso

Mantener un registro de lo que has hecho o no aumenta tu sensación de responsabilidad. Haz que esta parte sea divertida. Puedes usar el antiguo método de marcar las casillas en tu calendario, o puedes utilizar una de las nuevas aplicaciones disponibles para registrar hábitos.

Sobre todo, recuerda que se trata de celebrar tus logros, no de castigarte cuando te saltes un día. Con el tiempo, a través de pequeños cambios de rutina, toda tu vida puede cambiar hacia una nueva trayectoria. Recuerda disfrutar del camino.





Más abajo puedes dejar un comentario sobre lo que te ha parecido esta publicación y también sugerir algún tema sobre el que te gustaría leer en futuras publicaciones. Gracias por tu colaboración.



Comentarios