HABLAR DE SALUD, FELICIDAD Y PROSPERIDAD

 

¿Te has parado a pensar alguna vez de qué hablas la mayor parte del tiempo? ¿Te has dado cuenta de que, normalmente, los temas de conversación habituales tratan de desgracias y noticias desalentadoras?

Las palabras son poderosas, mucho más de lo que puedes pensar, si es que lo has pensado alguna vez. Ese es uno de los mayores problemas con el que te encuentras al hablar: que la mayoría de las veces no se piensa lo que se dice.

Los temas de conversación que puedes escuchar a tu alrededor, y en los que sueles involucrarte muy fácilmente cuando alguien te comenta algo al respecto, suelen ser sobre enfermedades, desgracias y dificultades.

Dolores, enfermedades y accidentes, propios o de otras personas, son temas que casi todos los días salen en las conversaciones. Lo desgraciada que es esta o aquella persona, por un desengaño amoroso, porque no consigue lo que desea, o simplemente porque no tiene un propósito claro en su vida, son también parte de las conversaciones a diario. Y no pueden faltar los temas sobre carencias y miseria, como la falta de empleo, la escasez de dinero para llegar a final de mes, o lo caro que está todo.

Incluso, aunque no hables con nadie, tus pensamientos se ven muy influidos por las noticias que ves y escuchas en los medios de comunicación. Porque las cosas buenas no suelen ser noticias.

Pero ¿qué crees que pasaría si la mayor parte del tiempo hablaras de cosas positivas e inspiradoras? ¿cómo crees que podría influir en tu vida, y en la de los que te rodean, si conscientemente hablaras de salud, éxito, felicidad y abundancia? ¿no crees que mejoraría tu estado de ánimo y la actitud con la que vivirías cada día?

Estoy convencido de que las palabras son muy poderosas, y pueden animarte o hundirte, según las circunstancias, quién te las dice y, sobre todo, cómo te las dicen. Por eso, hoy te propongo que seas más consciente al hablar, que pienses lo que vas a decir y no lo digas si no va a ser de ayuda, ánimo y esperanza para alguien.

Te propongo que hoy te hagas la siguiente promesa, y que intentes cumplirla:

Me prometo hablar de salud, felicidad, y prosperidad con todo el que encuentre.

Tómalo si quieres como un experimento, como una forma de comprobar personalmente cómo influyen las palabras en nuestra vida, y en los demás. Descubre como simplemente unas palabras cargadas de energía positiva pueden hacer que disfrutes mucho más de este día, y transformar el mundo que te rodea.

Habla en positivo, enfoca tu mente en las circunstancias tan afortunadas que tienes, aunque sea por el mero hecho de estar con vida un día más, por poder caminar, respirar, pensar o ver. Expresa y difunde a tu alrededor pensamientos y palabras de salud, felicidad y prosperidad, y aporta a este mundo más luz y armonía. Anima e inspira a quien sea que te encuentres hoy, y deja a cada persona con la que hables más animada y consciente de la maravilla que es vivir. Habla de salud, felicidad, y prosperidad con cada persona que encuentres y haz así de este mundo un mejor lugar donde vivir.



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