Photo by Laura Chouette on Unsplash
En el ikebana se combinan la naturaleza y el ser humano. Al
trabajar con las ramas y flores se está manifestando de una manera más clara la
belleza intrínseca de los materiales naturales. Según vamos cortando y colocando
las diferentes ramas, se enfatiza la curvatura de una rama, las líneas de los
tallos o el carácter de cada flor, para así ir descubriendo nuevos y
sorprendentes aspectos de estos elementos naturales. Al combinar las ramas y
flores con la intención de la persona que realiza la composición floral,
obtenemos como resultado un conjunto armonioso dentro del aparente caos, y
conseguimos que el ikebana, a pesar, o gracias a su simplicidad, consiga impactar
en la persona que lo observa, llegando a conectar con aspectos profundos de su
ser. Photo by Anna Cicognani on Unsplash
Originalmente, el ikebana aparece en Japón alrededor del siglo VI,
coincidiendo con la llegada del budismo a este país desde China. En un
principio asociado a las ofrendas en los templos y a la decoración de la aristocracia,
finalmente el ikebana se extendió entre la población como un arte popular.
A pesar de su evolución a lo largo de los años, los ikebanas
siguen manteniendo ciertos principios fundamentales desde su origen, como, por
ejemplo, las tres ramas principales asociadas a los principios del Cielo, la
Tierra y la Humanidad.
Aunque al crear un ikebana se combinan cierta intención de la persona que lo realiza con las características naturales de los diferentes elementos utilizados, no se trata de imponer o manipular a nuestro antojo las ramas y flores, sino más bien, ir descubriendo y comprendiendo la “verdad” que cada elemento de la naturaleza tiene que enseñarnos. De esta forma, observando y sintiendo lo que tenemos ante nosotros, aprendemos a colocar lo que la situación requiere, no lo que nos gustaría que fuera.
Este trabajo de
observación y conexión nos lleva inevitablemente, sin darnos cuenta y de una
manera natural, a calmar la mente y abrir el corazón. Convirtiéndose la
práctica del ikebana en una verdadera forma de meditación en acción.
Photo by 五玄土 ORIENTO on Unsplash
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