EL LINAJE DE GUERREROS

Para el guerrero, el linaje es la conexión con la sabiduría fundamental de la vida, una sabiduría sencilla y siempre a nuestro alcance, pero a la vez inmensa y profunda.

Recorrer el camino del guerrero depende sobre todo de nuestra madurez personal, de la apertura de nuestro corazón y de nuestra autenticidad. Además, para seguir avanzando por el camino, para desarrollar las virtudes del guerrero y desarrollar por completo nuestro auténtico ser, necesitamos alguien que nos guíe, necesitamos un maestro guerrero que nos muestre por dónde ir. Es muy útil tener un ejemplo vivo de alguien realizado para poder superar las tendencias egoístas habituales.

El linaje de guerreros es la forma en que se transmite la realización del camino de un ser humano a otro, para, a su vez, inspirar a otros a alcanzar esa realización.

Para el guerrero, el linaje tiene relación con la forma en que se transmite, y se manifiesta en la vida, la sabiduría fundamental del espejo universal. El espejo universal se caracteriza por ser un inmenso espacio abierto y sin condiciones. Un espacio que siempre está totalmente abierto. En ese espacio del espejo universal, la mente tiene una visión completa más allá de cualquier duda. El espejo universal es el espacio abierto y sin límites que existe antes de cualquier pensamiento, antes de que la mente se embarque en el proceso de pensar. Y la forma de experimentar ese espacio fundamental es a través de la meditación sentada.

Esa experiencia del espejo universal es la fuente de la sabiduría, de una sabiduría que trasciende los conflictos al tener una percepción inmensamente amplia y profunda. Esa es la magia ordinaria, la percepción directa de la sabiduría del espejo universal, y es así como entramos en contacto con el principio del linaje de guerreros, que es esa fuente de sabiduría universal.

La grandeza de cada percepción puede ser captada en ese preciso momento, en toda su sencillez, en un solo instante.
Y es cuando dejamos que esa grandeza y profundidad sea parte de nuestra percepción cuando se manifiesta la magia ordinaria, brillante y espléndida. Al tener esa experiencia nos encontramos con la magia interior, que surge de la energía del espejo universal y manifiesta su luz y elegancia en nuestro mundo. Esta magia interior tiene dos aspectos: el linaje femenino y el linaje masculino. El linaje femenino tiene que ver con la amabilidad, mientras que el linaje masculino tiene que ver con la valentía. Estas son dos de las cualidades de la magia interior: la amabilidad y la valentía.

Cuando el guerrero se mantiene en el mundo luminoso, sin aceptar ni rechazar, experimentando la magia cotidiana en cada aspecto de la vida, tiene la vivencia de una gran amabilidad y valentía.

Además, la inteligencia es el punto de encuentro entre la amabilidad y la valentía. La agudeza de la conciencia une esos dos aspectos de amabilidad y valentía permitiendo al guerrero tener una percepción inmensamente abierta, pero a la vez apreciando cada detalle de lo que percibe.

Y, además, esa sabiduría de la magia interior puede transmitirse a otros guerreros. Llegando a una completa realización del aspecto incondicional del espejo universal, y llevando ese aspecto a la luminosa percepción del mundo y de la vida, el guerrero se puede convertir en la propia magia. Así es como pasa a formar parte del linaje de guerreros y se convierte uno en un maestro guerrero, al encarnar y manifestar la propia magia ordinaria.

Básicamente, el maestro guerrero inspira con su presencia la experiencia del espejo universal y la magia de la percepción abierta y profunda. Con su presencia auténtica, el maestro guerrero va más allá de la dualidad llevando a otros a trascender su propio yo. El maestro guerrero nace en el propio espejo universal, sin principio ni fin, en ese estado inmenso y sin límites, al relajarse en ese estado puro y sin condiciones. Completamente despierto, ya no está sumido en la confusión del egoísmo.

La realización del maestro guerrero no es simplemente el resultado de su entrenamiento o de la comprensión de alguna filosofía, sino que ha llegado a relajarse totalmente en la pureza sin condiciones del espejo universal, de las cosas tal y como son. Ha tenido la experiencia directa de la visión despierta sin puntos de referencia, una visión totalmente clara sin distorsión por la confusión o el egoísmo. Es completamente consciente, está totalmente abierto y despierto. De esta forma, el maestro guerrero está siempre conectado con la energía de la magia ordinaria y fundamental que impregna todo en la vida.

Totalmente conectado con el linaje de sabiduría de los guerreros, surge en él una tremenda ternura y compasión por todos los seres al percibir en cada uno de ellos esa esencia fundamental que hay en su interior. Al observar el mundo que le rodea, el maestro guerrero percibe con total seguridad la esencia pura y luminosa que hay en el corazón de los demás. Él mismo se convierte en una luz para otros al manifestar de una manera auténtica su propio corazón. El maestro guerrero puede ver el camino que conduce a la condición de guerrero de principio a fin, y es capaz de mostrarlo a otros inspirándolos a recorrerlo por sí mismos para llegar a desarrollar todo su potencial como seres humanos.

Movido por su gran compasión, el maestro guerrero une el cielo y la tierra, la visión y los ideales con los aspectos prácticos de la vida diaria, mostrando a otros como pueden unir en su propia vida ambos aspectos en una danza armoniosa y alegre.

Pero, para poder unir el cielo y la tierra, debemos confiar en nosotros mismos y ser capaces de ir más allá del egoísmo, más allá del deseo de satisfacer de una manera egoísta nuestras propias necesidades.

Al trabajar con los demás, el maestro guerrero es sumamente humilde, porque sabe que debe ser paciente ofreciendo el espacio y el tiempo necesario a cada uno para que llegue a comprender personalmente su propia naturaleza más profunda. No podemos imponer la comprensión a nadie, no se puede empujar la fruta para que madure antes de tiempo, por eso debemos ser humildes y pacientes al trabajar con otros. Las cosas irán evolucionando y encajando a su debido tiempo si tenemos la suficiente paciencia y mantenemos una actitud amable y cariñosa con el mundo que nos rodea. Todo ser humano tiene la capacidad de convertirse en guerrero y desarrollar al máximo su potencial.

El maestro guerrero es paciente y amable al guiar a sus estudiantes, no se relaciona con agresión y es auténtico y estable como una montaña. Al no tener miedo, constantemente se entrega en ayudar a los demás, y se interesa sinceramente por sus estudiantes, compartiendo así el aprecio mutuo y la alegría de haberse encontrado.

Pero, lo más importante del maestro guerrero es que siempre hay magia en lo que hace, en cada pequeño detalle, en cada gesto o acción. Siempre está orientando a sus estudiantes hacia una visión más grande y profunda, hacia la comprensión del espejo universal y la realidad del mundo en el que viven. Ayuda a sus estudiantes ofreciéndoles constantemente desafíos para que puedan superarse a sí mismos y seguir aprendiendo, para que puedan atreverse a experimentar el mundo crudo y auténtico tal y como es, tal y como él mismo lo experimenta de una manera directa y penetrante. Pero los desafíos que plantea a sus estudiantes no tienen nada que ver con poner obstáculos o ser incisivo e hiriente, sino que su presencia sincera y auténtica es lo que realmente desafía a sus estudiantes a ser también auténticos y abrir sus corazones a la experiencia directa de la vida.

El linaje del guerrero va unido a la relación que tenemos con esa sabiduría fundamental que existe de forma innata en el mundo, una sabiduría siempre a nuestro alcance y muy sencilla, pero al mismo tiempo realmente profunda e inmensa. Al dejar de aferrarnos a los conceptos accedemos a una dimensión donde no se conoce la esperanza ni el miedo.

Ha habido muchos maestros a lo largo de los siglos buscando siempre esa esencia pura y fundamental que anima todo lo vivo, y que han intentado compartir esa sabiduría con los demás de diferentes formas. Para alcanzar su realización han tenido que mantener una disciplina impecable y una convicción imperturbable en su camino y en su mensaje. Aquellos que han sido honestos en su búsqueda, y han mantenido un corazón abierto a los demás compartiendo su experiencia, son parte de ese linaje de maestros guerreros, sin importar su procedencia, su filosofía, sus creencias o su religión.

La característica distintiva de estos maestros guerreros ha sido su valentía a la hora de expresar su sabiduría con amabilidad y de una manera auténtica buscando siempre beneficiar a todos los seres. Debemos apreciar el ejemplo que son para todos los guerreros y agradecer el camino que han abierto y han puesto a nuestro alcance. Todos estos maestros y maestras guerreras son como los padres y madres de todos los guerreros, a los que han mostrado el camino y la posibilidad de crear paso a paso una sociedad más despierta y consciente a pesar de la confusión y la oscuridad que parece reinar en el mundo.

No debemos olvidar el linaje que ha transmitido las enseñanzas y las prácticas a través de los años, dándonos la oportunidad de encontrar el camino del guerrero que estamos recorriendo ahora. Mantengamos un corazón agradecido por los maestros que han entregado su vida para ayudar a otros a recorrer el camino. Y seamos generosos para compartir con otros lo que en su momento se nos ofreció a nosotros, convirtiéndonos así en parte de ese linaje de guerreros que sigue transmitiendo luz y armonía en un mundo tan necesitado de claridad y amor.



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