El guerrero
desmesurado no es el que se enfrenta al peligro inconscientemente, sino el que
trasciende el miedo y va más allá de sus límites.
La desmesura del guerrero, su capacidad para superar los
límites, tiene que ver con la fuerza y el poder que hay en su corazón. No es
que actúe de forma irracional, ni sea un temerario, sino que ha trascendido
totalmente el miedo, lo ha superado y ya no es cautivo de los límites. Y para
superar el miedo es necesario también superar la esperanza, las expectativas.
Porque cuando se espera algo en la vida, y las cosas no salen como esperábamos,
nos sentimos decepcionados y hundidos. En cambio, cuando sale todo según
nuestras expectativas, entonces nos emocionamos y saltamos de alegría. De esta
forma, pasamos la vida subiendo y bajando como si fuéramos en la montaña rusa.
El guerrero desmesurado no cae en la trampa de la esperanza, porque
confía en sí mismo abandona las expectativas y avanza sin dudar, sin esperar
nada y sin temer nada. Es así como supera los límites y trasciende el miedo
con intrepidez.

Esa actitud desmesurada del guerrero es vasta, inmensa, sin
límites, porque el espacio en sí mismo, tanto exterior como interior, es
también ilimitado. La mente del guerrero, igual que su corazón, se expande en
todas direcciones, capaz de alcanzar y acoger todo lo que le ofrece la vida en
cada momento. En continua apertura, el guerrero sigue siempre adelante en su
camino, abriéndose cada vez más y, como el garuda o el fénix, no hay nada que le
pueda impedir seguir surcando la inmensidad del espacio de su mente, seguir
abriendo su corazón al mundo entero.
El guerrero desmesurado abre sus alas y surca el espacio con total
relajación y paz, porque no intenta medir su progreso, no se preocupa de adónde
llegará o si podrá alcanzar algún lugar en concreto. Simplemente se desliza
por el cielo, por la vida, sin puntos de referencia que le aten a ningún
objetivo. La apertura de su mente es tan grande que no entra en competición ni
se compara con nada ni nadie. No mira atrás para ver cuánto ha recorrido, ni se
preocupa por lo que le queda por recorrer, porque en la experiencia de su
desmesura, no tiene la sensación de que nadie logre nada, simplemente actúa,
sigue adelante, vive de acuerdo a sus principios, con una mente y un corazón
abiertos, y las cosas ocurren por sí mismas a su paso.
El guerrero desmesurado
surca el espacio ilimitado de la vida sin esperanza y sin miedo, libre y sin las
ataduras de las referencias. Gracias a su entrenamiento, y por haber
cultivado la mansedumbre y la vivacidad, puede ahora ser desmesurado y superar
los límites. Con una visión sin obstáculos, su capacidad de trabajar y ayudar a
los demás es inmensa. Viendo con claridad lo que realmente necesitan, no hay
límites para su capacidad de ayudar a otros.
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