Cómo podemos convertir en una meditación
el acto cotidiano de caminar
Meditar
caminando significa disfrutar caminando sin ninguna intención de
llegar. No necesitamos llegar a ningún lado. Solo caminamos, y disfrutamos
caminando.
Normalmente,
en nuestra vida diaria caminamos porque queremos ir a algún sitio. Caminar
es solo un medio para un fin, y es por eso que no disfrutamos cada paso que
damos. La meditación caminando es diferente. Caminamos solo para caminar. Disfrutas
de cada paso que das. Es una especie de caminar revolucionario. Te
permites disfrutar de cada paso que das.
Aunque
nos puede parecer milagroso caminar sobre el carbón encendido, el
verdadero milagro es sencillamente caminar conscientemente sobre la
tierra. Respiras, y te das cuenta del hecho de que estás
vivo. Todavía estás vivo y estás caminando en este hermoso
planeta. Eso ya es por sí mismo un milagro. El mayor de todos los
milagros es estar vivo. Tenemos que despertar a la verdad de que estamos
aquí, vivos. Estamos aquí dando pasos sobre este hermoso
planeta. Esto ya es un milagro.
Pero tenemos que estar aquí para que el milagro sea
posible. Tenemos que regresar al aquí y al ahora. Por eso, cada paso
que damos se convierte en un milagro. Si puedes caminar así, cada paso
será muy reconfortante y curativo. De esta forma estás caminando como si
besaras la tierra con los pies, como si masajearas la tierra con los
pies. Hay mucho amor en esta práctica de meditación caminando.
El
pasado ya se fue y el futuro aún no está aquí. No nos arrepintamos del
pasado. No nos preocupemos por el futuro. Regresa al momento presente
y vive profundamente el momento presente. Porque el momento presente es el
único momento en el que puedes tocar la vida. La vida está disponible solo
en el momento presente. Es por eso que la meditación caminando es regresar
al momento presente, para estar vivo nuevamente y tocar la vida profundamente
en ese momento. Para poder tocar la tierra con nuestros pies y disfrutar
de caminar, tenemos que estar firmemente en el momento presente, en el aquí y
el ahora.
En
la meditación caminando, caminamos como una persona libre, libre de las
aflicciones, de la tristeza, del miedo. A menos que seas libre, no puedes
disfrutar caminando.
Cuando meditamos caminando podemos sentir que ya hemos
llegado, que ya estamos en casa. Estamos aquí y ahora, sobre la tierra. Somos
libres. Podemos notar nuestra respiración mientras caminamos y sentir que ya
hemos llegado, estamos en casa, no hay ningún otro lugar al que ir. Nuestro verdadero hogar está aquí y ahora, donde
sea que estemos, porque sólo aquí y ahora podemos tocar la vida. La
vida está disponible solo en el aquí y el ahora, por lo que volver al momento
presente es volver a casa. Es por eso que das uno o dos pasos y te das
cuenta de que has llegado. Has llegado al momento presente.
Si sabes
que puedes llegar, dejarás de correr, dentro y fuera de ti mismo. Parece
ser que creemos que no podemos encontrar la felicidad aquí y ahora, que tenemos
que ir siempre a alguna otra parte, que tenemos que ir al futuro para poder ser
realmente felices.
Ese
tipo de pensamiento lleva mucho tiempo en nosotros. Tal vez ese
sentimiento nos ha sido transmitido por nuestros antepasados y nuestros
padres. Es por eso que tenemos que despertar y darnos cuenta de la
presencia de ese hábito que hay en nosotros y hacer lo contrario. Podemos estar
en calma y felices en el momento presente. Podemos vivir felizmente en el
momento presente. Cuando estás ahí, con el cuerpo y la mente unidos,
tienes la oportunidad de tocar y sentir las condiciones de tu
felicidad. Si puedes tocar esas condiciones de felicidad que ya están
disponibles aquí y ahora, puedes ser feliz de inmediato. No tienes que
correr a ningún lado, no tienes que correr hacia el futuro.
Cuando practicamos el caminar consciente, la meditación
caminando, podemos darnos cuenta de que tenemos unos pies
fuertes. Nuestros pies son lo suficientemente fuertes como para disfrutar
del correr y del caminar. Esa es una condición para la felicidad que está
disponible para ti. Cuando respiro y me doy cuenta de mis ojos, encuentro
otra condición para mi felicidad. Además de estar vivo, me doy cuenta de que
tengo unos ojos que todavía están en buenas condiciones. Simplemente con
abrir los ojos puedo ver el cielo azul, las nubes, la vegetación. Puede
ver todo tipo de formas y colores gracias a los ojos que tengo. Tus ojos
son otra condición para tu felicidad. Tenemos tantas condiciones como esa
para nuestra felicidad y, sin embargo, todavía somos infelices. Todavía
queremos huir del momento presente, esperando encontrar la felicidad en algún otro
momento del futuro.
Respirar,
sonreír y tocar las condiciones de felicidad disponibles, es algo que todos
podemos hacer. Podemos parar y permanecer en el momento presente. Esa
es la enseñanza para vivir felizmente en el momento presente. Por favor practica
para hacer del momento presente, del aquí y ahora, tu verdadero hogar. Este
es el único hogar que tenemos. Este es el único lugar donde podemos tocar
la vida. Todo lo que estamos buscando debe encontrarse en el aquí y el
ahora. De esta forma, la meditación caminando puede ser un gran placer y
puede ser algo muy curativo.
Mientras caminas, si te permites estar ahí
con la mente y el cuerpo unidos, convertirás el caminar en un paseo consciente,
curativo, refrescante y nutritivo. ¿Te animas?
Más abajo puedes dejar un comentario sobre lo que te ha parecido esta publicación y también sugerir algún tema sobre el que te gustaría leer en futuras publicaciones. Gracias por tu colaboración.
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por tu colaboración.