CONFUSIÓN ES SABIDURÍA SI PRACTICAS EL VACÍO

Este eslogan, Confusión es sabiduría si practicas el vacío, requiere un poco de explicación, porque esto va más allá de nuestra comprensión convencional o relativa, tiene que ver con un sentido más profundo de lo que somos. Aunque convencionalmente yo soy yo y tú eres tú, desde una perspectiva absoluta, desde el punto de vista del Universo, no hay realmente uno y otro. Solo hay ser, solo hay amor, que es compartir la esencia de lo que somos con nosotros mismos sin impedimentos y con calidez. Aparentemente nos parece que hay un tú y un yo, una separación, porque es así como funcionan nuestras mentes y nuestros sentidos. Pero este espacio infinito, este amor sin límites, es la práctica del vacío.

Confusión es sabiduría si practicas el vacío, significa que nos situamos en una perspectiva diferente con respecto a nuestra confusión humana ordinaria, a nuestra resistencia, a nuestro dolor, a nuestro miedo, a nuestra aflicción, etc. En lugar de esperar que estas emociones y reacciones finalmente desaparezcan y seamos libres de ellas, profundizamos más en ellas, buscamos la realidad que hay bajo su apariencia.

¿Qué sucede realmente cuando estamos molestos o enfadados? Si pudiéramos desengancharnos por un momento de la costumbre de echar la culpa a alguien, y del deseo y la autocompasión, y observáramos lo que realmente está sucediendo, cuál es la esencia que hay bajo las apariencias ¿qué veríamos? Veríamos pasar el tiempo. Veríamos que las cosas cambian. Veríamos surgir y desaparecer la vida, viniendo de la nada y yendo a ninguna parte. Momento a momento, el tiempo se escapa y las cosas se transforman. El presente se convierte en pasado, ¿o se convierte en futuro? Y, sin embargo, en este momento no hay pasado ni futuro. Tan pronto como examinamos el "ahora", se ha ido. Y no podemos saber cómo ni a dónde va.

Esto puede sonar muy filosófico, pero no se siente tan filosófico cuando tú o alguien cercano a ti está dando a luz. Si en ese momento estás allí presente, en la sala de partos, o estás tú misma, con dolor y alegría, dando a luz, en ese primer momento de explosión, seguramente te sorprenderás. Esa pequeña vida que crees haber estado viviendo, con sus diversas cuestiones y problemas, desaparece por completo ante el milagro de la vida visceral que surge ante tus ojos. O si estás presente cuando alguien deja este mundo y entra en la muerte, si es que hay un lugar así donde entrar, entonces sabes que ese vacío no es solo filosofía. Es posible que no sepas lo qué es, pero sabrás que es real. Sabes que esta realidad es poderosa y te hace ver tu vida, y toda la vida, de manera muy diferente. Surge un nuevo contexto que es más que pensamiento, más que concepto. Cuando ves tus problemas humanos diarios a la luz de la realidad del nacimiento y de la realidad de la muerte, estás practicando este eslogan. Cada momento de tu vida, incluso, y quizás más especialmente, tus momentos de dolor, desesperación o confusión, es un momento de sabiduría, de despertar a la realidad más profunda de la vida.

Asiste a nacimientos y muertes siempre que puedas y acepta estos momentos como regalos, como oportunidades para una práctica espiritual profunda. Pero incluso cuando no estés participando en estos momentos extremos, puedes repetir y recordar este eslogan, y puedes meditar sobre él. Y cuando tu mente esté confundida y liada, puedes respirar e intentar sumergirte a un nivel más profundo en tu deseo y confusión. Puedes darte cuenta que en este preciso momento el tiempo está pasando, las cosas se están transformando, y que este mismo hecho es profundo, hermoso y alegre, incluso mientras sigues estando con tu desgracia o dolor. Recuerda que en la propia confusión hay sabiduría si somos capaces de practicar el vacío, de ir más allá de nuestra estrecha perspectiva de yo y los demás. Cuando abrimos nuestro corazón y nuestra mente, y nos disolvemos en el inmenso espacio del amor universal, hasta las circunstancias más dolorosas pueden convertirse en una experiencia de sabiduría y despertar.

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