CÓMO SEGUIR AVANZANDO


En muchos momentos podemos sentir que la vida es como subir por una empinada montaña llena de rocas, y nos preguntamos cómo seguir avanzando.

Tal vez llevamos mucho tiempo ascendiendo en nuestro camino, etapa por etapa, paso a paso, y seguimos adelante animados al ver cómo vamos progresando en nuestro viaje. Ya sea en nuestra trayectoria laboral, en nuestras metas personales, o en nuestra práctica espiritual, estamos ansiosos de ver nuestros logros.

En nuestro camino, podemos tener algunas aperturas espirituales importantes, a menudo durante retiros o períodos de práctica intensiva, y alcanzar algo de claridad y comprensión. Pero en algún momento después de que termine el retiro, o cuando encontremos circunstancias adversas que desencadenen nuestras reacciones emocionales, y aparezcan nuestros problemas y defensas psicológicas no resueltas, es probable que descubramos que nuestra realización no ha calado muy hondo en nuestra personalidad condicionada. Este yo que llevamos con nosotros, con todos sus hábitos y preocupaciones, sigue estando prácticamente intacto a pesar de todo nuestro progreso espiritual.

Poder ver nuestra propia naturaleza despierta no es el objetivo final de la práctica espiritual. Puede ser una experiencia en el camino, pero en realidad no hay ninguna cima que alcanzar.  Nuestra práctica es más bien un viaje interminable de desarrollo y descubrimiento por un camino lleno de sorpresas. 

Vivimos en una era y una sociedad que está fuertemente impulsada por objetivos y que utiliza infinidad de métodos para medir cuál es nuestro progreso, y hasta dónde hemos llegado en nuestra vida. Es natural aplicar el mismo tipo de pensamiento a nuestro crecimiento personal y a nuestra práctica espiritual. ¿Cómo de lejos he llegado en mi camino? ¿He completado esta etapa de mi entrenamiento? ¿Ya he llegado? Nuestra práctica se convierte en un logro más, en una especie de proyecto para el despertar.

Pero, en el espacio infinito de las cosas tal y como son, cuando consideramos la igualdad esencial de todos los fenómenos, que se manifiestan en el inmenso vacío del universo, podemos hacernos la pregunta más importante:

¿Cómo doy un paso adelante?

¿Qué pasaría si ya no estuviera preocupado por alcanzar un objetivo específico o por llegar a una altura en particular? ¿Qué pasaría si en lugar de eso me preocupara por manifestar la esencia de mi corazón en todas direcciones? Esta es una vida centrada no en una cosa en particular sino en todas las cosas, esto es desapego, es coraje, es amor. No hay nada que pueda interponerse en el camino del no-yo. Se necesita paciencia, persistencia y coraje, pero siempre podemos dar un paso adelante desde donde sea que estemos y sin tener un lugar concreto adónde llegar.



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