Una reflexión sobre los ciclos de nuestra vida
espiritual
Siéntate de una manera cómoda y natural,
siente cómo estás presente y relajado. Suelta y deja ir cualquier plan que
tengas en la mente y siente el ritmo natural de tu respiración. Entonces,
cuando estés tranquilo, reflexiona sobre toda tu vida espiritual. Mirando hacia
atrás, recuerda cuando despertaste por primera vez a la vida espiritual.
Recuerda la sensación que tenías en ese momento de las posibilidades que se
abrían ante ti, del misterio, de lo sagrado. Trae a tu mente los años que
siguieron, los primeros maestros espirituales que encontraste y los lugares
sagrados que te inspiraron a continuar tu camino.
Recorre con tu mente esos años, recordando las
prácticas sistemáticas que llevaste a cabo, los ciclos por los que pasaste, las
situaciones que más te enseñaron, las lecciones inesperadas, los momentos de
soledad, los momentos de comunidad y de compartir, las pruebas que encontraste
en el camino, las personas que te ayudaron, tus guías, tu práctica reciente. Sé
consciente también de los problemas que encontraste, de las dificultades, y de
sus enseñanzas.
Disfruta de esta reflexión, viéndola como una
historia, una aventura, apreciando los ciclos y giros de la vida con cierta
sensación de maravilla y gratitud. Después, siente cómo te encuentras en este
momento, hoy mismo, abierto a lo que la vida tiene que ofrecerte de ahora en
adelante. Date la oportunidad de sentir lo que puede haber más adelante, ante
ti, las próximas etapas naturales de tu vida, las áreas incompletas de tu vida,
las dimensiones de la práctica espiritual que te puedes sentir llamado a
incluir en tu camino.
Como tu propio guía espiritual, date cuenta de
qué situación puede ser beneficiosa para ti. Si tu vida actual te lo permite,
¿deberías buscar un periodo de soledad y aislamiento? ¿o deberías involucrarte
en una comunidad espiritual? ¿Te está llamando tu práctica espiritual a un
periodo de servicio a los demás? ¿o es el momento para dedicarte a tu carrera,
a tu creatividad, a tu casa, y a tu familia? ¿Necesitas un maestro, o es mejor
que ahora te apoyes en tus propios recursos?
Si tu vida actual no te permite tomar esas
decisiones, ¿con qué ciclo te estás encontrando ahora? ¿Cómo puedes honrar de
la mejor manera tus elecciones y la situación de tu vida, y cómo puedes incluir
todo eso en la apertura de tu corazón y en los ciclos de tu práctica? Siente cómo puedes ser honesto contigo
mismo, honesto con las enseñanzas, y honesto con el Universo que se despliega y
manifiesta en tu vida.
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