“Dar y
tomar” es una antigua práctica sanadora para uno mismo y para los demás. Con
cada inhalación, absorbemos el dolor de los demás, y con cada exhalación, les
enviamos alivio.
La práctica
de "dar y tomar", le da la vuelta a nuestra lógica habitual de evitar
el sufrimiento y buscar el placer. En esta práctica, visualizamos que
absorbemos el dolor de los demás con cada inhalación y les enviamos lo que sea
que les beneficie en la exhalación. En el proceso, nos liberamos de los viejos
patrones egoístas, comenzamos a sentir amor por nosotros mismos y por los demás, comenzamos
a cuidarnos a nosotros mismos y a los demás.
“Dar y tomar” despierta nuestra
compasión y nos presenta una visión mucho más amplia de la realidad. Nos
presenta la amplitud ilimitada del vacío, del espacio sin límites que todo lo
abarca, que todo lo acoge. Al hacer esta práctica, empezamos a conectarnos
con la dimensión abierta de nuestro propio ser.

Por lo general, miramos hacia otro
lado cuando vemos que alguien sufre. Su dolor despierta nuestro miedo o enfado, haciendo
evidente nuestra resistencia y confusión. Por eso, también podemos hacer esta
práctica para todas las personas como nosotros, para todos aquellos que desean
ser compasivos, pero tienen miedo, que desean ser valientes, pero son
cobardes. En lugar de castigarnos,
podemos usar nuestra incapacidad como un trampolín para comprender a qué se
enfrentan las personas en el mundo. Inhala por todos nosotros y exhala
por todos nosotros. Usa lo que
parece veneno como medicina. Podemos usar nuestro sufrimiento personal
como el camino hacia la compasión por todos los seres.
Cuando haces
“dar y tomar” como una práctica de meditación formal, tiene cuatro etapas:
1. Descansa en el espacio

2. Comienza la visualización

3. Céntrate en una situación personal

4. Expande tu compasión

Tu dar y
tomar puede extenderse infinitamente. A medida que practicas, tu compasión
se expande de forma natural con el tiempo, y también tu comprensión de que las
cosas no son tan sólidas como pensabas, lo que es un atisbo del vacío. A
medida que realizas esta práctica, gradualmente a tu propio ritmo, te
sorprenderás al ser cada vez más capaz de estar allí para los demás, incluso en
lo que solían parecer situaciones imposibles.
Más abajo puedes dejar un comentario sobre lo que te ha parecido esta publicación y también sugerir algún tema sobre el que te gustaría leer en futuras publicaciones. Gracias por tu colaboración.
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por tu colaboración.