EL MUNDO AL REVÉS


La forma en que vemos el mundo normalmente es casi lo opuesto a la forma en que el mundo es realmente.

Hace mucho tiempo, había un sabio maestro al que le llamaban Nido de Pájaro, porque siempre meditaba en un nido de águila en lo más alto de un árbol. Se hizo bastante famoso por esta práctica peligrosa. Un día, un caminante que pasaba por allí, al verlo sobre aquella rama tan alta, le gritó desde el suelo para llamar su atención, y le preguntó qué hacía allí arriba en una situación tan peligrosa. 
El maestro le respondió: “¿Llamas a esto peligroso? ¡Lo que estás haciendo tú es mucho más peligroso! Vivir en el mundo día tras día, ignorando la muerte, la transitoriedad, la pérdida y el sufrimiento, como todos hacemos habitualmente, como si fuera la forma normal y segura de vivir, en realidad eso es mucho más peligroso que estar en el extremo de esta rama meditando”.
Aunque es natural y comprensible tratar de evitar las dificultades, en realidad eso no funciona. Creemos que tiene sentido intentar protegernos del dolor, pero nuestra autoprotección termina causándonos un dolor más profundo. Creemos que tenemos que aferrarnos a lo que tenemos, pero es precisamente nuestro propio aferramiento lo que nos hace perder lo que tenemos. Estamos apegados a lo que nos gusta y tratamos de evitar lo que no nos gusta, pero no podemos mantener para siempre lo que nos atrae, como tampoco podemos evitar siempre lo que no deseamos. Por eso, por contradictorio que parezca, evitar las dificultades de la vida en realidad no es el camino fácil, sino una forma peligrosa de vivir. Si quieres tener una vida plena y feliz, en los buenos y en los malos tiempos, debes acostumbrarte a la idea de que encarar la desgracia directamente es mejor que tratar de escapar de ella.
No se trata de centrarse de una manera sombría en las dificultades de la vida. Es simplemente que dejar de ignorar la realidad y encarar las dificultades es la mejor forma para encontrar la felicidad. Por supuesto, que cuando podemos evitar la dificultad, así lo hacemos. El mundo puede estar al revés, pero aún así tenemos que vivir en este mundo al revés, y tenemos que ser prácticos para vivir teniendo en cuenta sus normas y formas de funcionar. Las enseñanzas sobre cómo transformar las malas circunstancias y convertirlas en parte del camino, no niegan esa necesidad de tener en cuenta las normas y particularidades de este mundo, pero abordan las actitudes subyacentes de ansiedad, miedo y estrechez mental que hacen que nuestras vidas sean infelices, temerosas y pequeñas, y nos ayudan a transformar la adversidad en el mismo camino hacia el despertar.


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