Una breve práctica para desarrollar una
conexión amorosa con nosotros mismos y con el mundo en plena pandemia del
coronavirus.
El brote
de coronavirus nos puede hacer sentir miedo e impotencia. Tal vez nos
cueste dormir, preocupados y preguntándonos qué nos podría pasar a mí y a mi
familia si nos contagiamos del Covid-19. Y si no lo hacemos, ¿qué podemos
hacer para ayudar en esta situación? El voluntariado para ayudar a
personas enfermas no es posible, y donar dinero no retrasará la propagación del
virus.
En medio de esta preocupación, podemos sentarnos y poner la
mano sobre nuestro corazón, respirar hondo y utilizar la atención plena para
calmar nuestros pensamientos acelerados. De esta forma, podemos darnos
cuenta de que la terrible situación en la que se encuentra nuestro mundo es una
gran oportunidad para reconocer y apreciar nuestra interdependencia. Tenemos una conexión profunda con todos los
seres, y ahora es el momento perfecto para desarrollar amor hacia todos ellos.
Para
desarrollar el amor es necesario que dejemos de pensar solo en nuestro propio
bienestar y consideremos cómo todas nuestras acciones tienen un impacto en los
demás. Paradójicamente, eso significa que lo más importante que podemos
hacer es mantenernos bien nosotros mismos. Al mantenernos con buena salud estaremos
ejerciendo menos presión sobre el sistema de salud y liberando recursos para
ayudar a aquellos que están enfermos y necesitan atención. También evitará
la propagación de la enfermedad a las personas con mayor riesgo de morir por
complicaciones de Covid-19.

Todos
merecen estar sanos y libres de enfermedades. Esto te incluye a ti, a tu
familia, tus amigos, a los extraños e incluso a las personas que odias. Te
animo a que hagas un descanso de unos minutos cada hora, y hagas esta
breve práctica de amor y compasión para desarrollar un
buen corazón y una mente en calma:
1.
Pon tu mano sobre el corazón y respira profundamente unas cuantas veces.
2.
Durante unos minutos, repite en silencio, para ti mismo: Que yo pueda estar seguro, sano, y sin miedo.
3.
Luego, piensa en alguien que conozcas en la comunidad médica: tu médico de
familia, un amigo que es técnico de emergencias, una enfermera, un trabajador
social o un funcionario de salud pública. Ofrécele esta frase a esa
persona durante unos minutos: Que pueda estar seguro, sano, y sin
miedo.
4.
Finalmente, piensa en todos los seres en todas partes, y ofréceles esta frase: Que
podamos estar todos seguros, sanos y sin miedo.
Mientras
desarrollamos el amor durante esta pandemia, sentiremos cada vez menos
impotencia y más conexión con nosotros mismos y con el mundo entero. Si
todos aprovechamos este tiempo para fortalecer nuestro amor y nuestro buen
corazón, podremos abordar esta situación devastadora de una manera hábil y con sabiduría. Juntos
podemos crear las condiciones para que todos los seres estén sanos y
seguros. Respetemos y apreciemos
nuestra interdependencia. Seamos conscientes de nuestra situación, manteniendo
la calma y abriendo nuestro corazón al mundo en que vivimos.
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