Si tuviéramos que
resumir la vida en una palabra, podríamos decir que la vida es creación.
Los seres humanos utilizamos muy a menudo nuestra
“creatividad del día a día”, de lo contrario ni siquiera estaríamos vivos. Para
salir adelante a pesar de los cambios en nuestro entorno, improvisamos, nos
adaptamos con flexibilidad, intentamos esto y aquello. A veces, cambiamos el
entorno para que se adapte a nosotros, ya sea para mantenernos, criar a los
hijos, alimentar a la familia, escribir un informe, o encontrar la forma de
salir de un bosque si nos hemos perdido. Nuestra
creatividad del día a día, nuestra originalidad en la vida diaria, no es una
parte menor o especializada de nuestras vidas, antes que nada, es una capacidad
de supervivencia, y también una capacidad universal.
Pero, nuestra creatividad en la vida diaria nos ofrece aún
más: nos ofrece un proceso dinámico y una poderosa forma de vivir. Cuando la
desarrollamos, nos puede abrir a nuevas posibilidades de profundidad, riqueza,
y presencia. Hay muchas perspectivas sobre cómo la creatividad puede darse en
nuestra vida, algunas veces de forma insospechada, desde lo prosaico a lo
dramático. Debemos apreciar la creatividad como un proceso, una fuerza, una
estrategia, incluso como un vehículo para la sociedad en este momento difícil,
y quizá decisivo, de la historia de la humanidad.

Pero la creatividad no sólo tiene que ver con el crecimiento
personal o el cambio social, sino también con la transformación, ofreciéndonos
nuevas formas de ver quiénes somos, de manera individual y colectiva, y nuevas
formas de estar en el mundo, y de influir en el mundo. Al decir “nuevas”,
decimos nuevas para todas las edades, y nuevas para cada uno de nosotros.
Debemos descubrir por nosotros mismos estas nuevas formas de relacionarnos con
la vida, para descubrir una frescura y unas maravillas que no podíamos ni
imaginar.
De muchas formas, y en muchos contextos, los seres humanos solo
acabamos de empezar a descubrir lo que es posible. Nuestra capacidad para la creatividad en la vida diaria puede
ofrecernos nuevos caminos para el desarrollo y la plenitud como seres humanos,
individual y colectivamente, y la gente tiene que saber que esto es
posible, y valorar por sí mismos sus posibilidades.
MUCHO MÁS QUE ARTE
Mucha gente puede pensar que la creatividad tiene que ver
principalmente con las artes y que, además, es una actividad reservada para los
“genios” y ciertas personas reconocidas por la sociedad. Para muchos, la
creatividad diaria puede parecer algo “extra”, separado del resto de la vida.
Pero las personas que creen esto están privándose a ellas mismas de la
creatividad que tienen por derecho natural. Escuchamos a algunas personas decir
“¡yo no soy creativo!” porque no
pueden dibujar un retrato. Pero esa no es la cuestión. Estas personas pueden
estar perdiéndose gran parte de su vida al dejar sin desarrollar su
creatividad.

Si la vemos como un proceso, o incluso como una forma de
vida, nuestra creatividad en la vida diaria nos ofrece toda una nueva manera de
pensar, de experimentar el mundo, y de experimentarnos a nosotros mismos. Puede quitarnos una venda de los ojos, y
devolvernos a la vida, haciéndonos unos participantes más conscientes de
nuestras propias vidas, dándonos cuenta de la dinámica de la vida que se mueve
en nosotros. La creatividad nos puede ofrecer más alegría, energía, y desafíos.
Con creatividad, los colores se vuelven más brillantes, y los sonidos más
agradables. Los más pequeños momentos, como unas gotas de lluvia o una ráfaga
de aire, pueden convertirse en algo maravilloso. Con creatividad, incluso podemos tener la oportunidad de una verdadera
transformación.
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