SIN APEGO A LA UNIDAD


Aunque la Unidad abarca todo, incluso la dualidad, tampoco debemos apegarnos a la Unidad.


Tanto la dualidad como la unidad son interdependientes. El uno no existe sin el dos, lo dual no existe sin lo no-dual. Si afirmamos la Unidad, también estamos afirmando la dualidad. De alguna forma, la dualidad y la unidad son dos extremos del mismo universo. Si nos apegamos a uno de esos extremos nos apegamos al otro, porque son como las dos caras de una moneda.

Los conceptos de lo dual son creaciones de la mente, igual que también es una creación mental el concepto de la unidad. La idea de unidad compensa la visión dualista, y la visión dualista compensa el extremo absoluto de la idea de unidad.

El guerrero aprende a vivir la unidad en las múltiples y diversas facetas de la vida, y a descubrir las infinitas formas en que se manifiesta la unidad. No cae en los extremos de relativizarlo todo ni de la verdad absoluta. La experiencia del guerrero en su camino va más allá de cualquier clasificación, porque las abarca todas, y no se queda atrapado con ninguna. Está abierto a la experiencia, sea la que sea, sin categorizarla y sin apegarse a ella.



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