Meditación sobre los constantes principios
y finales a los que nos enfrentamos en la vida.

Hay antiguos textos, como el “El Libro Tibetano de los Muertos” que son una maravillosa guía para
pasar a través del proceso de la muerte, renacimiento, y despertar a nuestra
verdadera naturaleza. Este texto en concreto está escrito para ser leído a
quien acaba de morir, pero, ya que fundamentalmente no hay separación entre el
nacimiento y la muerte, las enseñanzas que se aplican a la transición de una
vida a otra nos ofrecen esas mismas instrucciones para vivir esta vida, de un día
a otro, de un momento a otro, de una respiración a otra. Este texto se puede
leer a un amigo en su lecho de muerte, o a otro en medio de un divorcio, a
aquellos que buscan una visión en su vida, o a un estudiante que está en un
retiro de meditación.
Puedes
sentarte en un lugar tranquilo y leerlo para ti mismo, puedes grabarlo para
escucharlo después, o puedes pedirle a un amigo que te lo lea lentamente. Según
vas escuchando estas palabras, déjalas que calen en tu conciencia, escúchalas
manteniendo abierto y receptivo todo tu ser, porque estas palabras pueden volverte
a poner en contacto con tu verdadera naturaleza:

“Las
visiones que experimentas existen en tu conciencia. Las formas que toman están
determinadas por tus apegos del pasado, por tus deseos del pasado, por tus
miedos del pasado, por tu karma del pasado. Estas visiones no tienen realidad
fuera de tu conciencia. No importa lo aterradoras que puedan parecer algunas de
ellas, no te pueden hacer daño. Déjalas pasar a través de tu conciencia. Todas
ellas pasarán tarde o temprano. No hay necesidad de implicarse con ellas, no hay
necesidad de ser atraído por las visiones hermosas, no hay necesidad de sentir
rechazo por las aterradoras, no hay ninguna necesidad de apegarte a ellas.
Simplemente déjalas pasar. Si te implicas con estas visiones, puedes vagar confuso
por mucho tiempo. Así que, déjalas pasar a través de tu conciencia como nubes
atravesando un cielo despejado. Fundamentalmente no son más reales que eso. Si
te sientes aterrado o confuso, siempre puedes llamar algún ser de luz en el que
confíes para que te proteja y te guíe”.
“Recuerda estas enseñanzas, recuerda la
luz clara, la pura y resplandeciente luz de tu propia naturaleza, que es inmortal.
Cuando puedas ver esas visiones que experimentas y reconocer que están hechas
de la misma clara y pura luz que todo lo demás en el universo, serás libre. No importa por dónde vagues o lo lejos que
estés, la luz está a tan solo un instante, a media respiración de ti. Nunca es
demasiado tarde para reconocer la clara luz”.

Audio "Meditar sobre el morir y renacer"
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