Podemos identificar de diferentes formas nuestros patrones y actitudes
habituales en torno al dinero y cultivar una perspectiva más generosa.
No hay virtud en lo que es escaso; ni maldad en lo que es
generoso. Independientemente de la riqueza o la pobreza, cuando surge la
codicia en las personas, estas pierden la belleza de sus mentes. La mente
del Despertar es la mente que sabe lo que es suficiente.
La práctica de la conciencia en la vida diaria nos brinda un amplio campo
donde practicar y aprender lo que es suficiente. En la vida cotidiana,
podemos reducir nuestros gastos al mínimo para sobrevivir y deshacernos de
todas nuestras pertenencias, o podemos vivir en el otro extremo, gastando el dinero
en cosas y experiencias que causan más problemas en nuestras vidas o en las
vidas de los demás. Independientemente de cómo organizamos económicamente nuestras
vidas, observar nuestro comportamiento con el dinero nos muestra cómo nos relacionamos
con todo, revelando nuestras suposiciones, hábitos y formas de relacionarnos.
Ser conscientes al relacionarnos con el dinero es una práctica
poderosa. A continuación, encontrarás algunas maneras de ser más
conscientes de nuestro comportamiento en relación con el dinero.
HAz UN SEGUIMIENTO DE tus GASTOs

date cuenta de CóMO te SIENTEs CUANDO GASTAs
Cuando registres tus
gastos, simplemente observa (y, si es posible, escribe) si el sentimiento es
positivo, negativo o neutral. Observa tus pensamientos, intenciones y
sensaciones corporales antes de una compra y cómo cambian durante y después de
ella.
PRIORIZA LA VIDA ESPIRITUAL EN la planificación DE tus
GASTOS
Es importante identificar y priorizar las cosas que más
valoramos. Claramente, debemos priorizar la comida y el refugio. También
debemos priorizar cosas como la recreación porque la privación constante a
menudo resulta en una reacción cíclica de gasto excesivo. Pero, ¿dónde
encajan las actividades espirituales en relación con el alquiler o ir al
cine? El gasto espiritual incluye cosas como talleres, cursos y retiros de
meditación o de la práctica que lleves a cabo, libros sobre espiritualidad y
desarrollo personal, y actos de generosidad para apoyar causas o prácticas relacionadas
con la espiritualidad.

Esto se puede hacer
simplemente anotando una lista de gratitud en un trozo de papel. Podemos
estar agradecidos por algo tan sencillo como tener un par de zapatos o algo que
comer. Practicando la gratitud, nos
sentimos ricos, llenos, y satisfechos. Podemos disfrutar de los
parques públicos, del sol y del mar. Podemos parar y prestar atención a
nuestros sentidos y a los millones de mensajes de amor que recibimos a través
de ellos en cada momento. Podemos decir "gracias", y decirlo en
serio, en cada compra, ¡incluso al pagar las facturas! Para aquellos con
tendencia a la codicia, practicar la gratitud puede ser como comer antes de ir a
hacer la compra. ¿Cuántas veces lo que parecía un desastre resultó ser una
bendición disfrazada? ¿No son algunos de los mayores desafíos de nuestra
vida la fuente de nuestra sabiduría más profunda? Cuando practicamos la gratitud, más tarde o más temprano, acabamos
convirtiendo las flechas en flores.
CULTIVA la
GENEROSIDAD

Teniendo en cuenta estos sencillos consejos, podemos ver con más claridad nuestra relación con el dinero y cambiar la
perspectiva sobre él, haciendo un uso mucho más consciente de nuestros recursos
económicos, yendo más allá de simplemente gastar o comprar por los impulsos del
momento.
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