El corazón cae fácilmente en la
confusión cuando tiene que enfrentarse a los conceptos de correcto e
incorrecto.
Para
sobrevivir podemos utilizar hábilmente nuestra mente dualista, como una útil
herramienta con fines prácticos. Esa perspectiva dual nos puede ayudar a
movernos por la ciudad, a encontrar nuestro destino, a desenvolvernos en
nuestro mundo sin peligro y sin dañar a nadie. Si cometemos errores en nuestras
acciones, podemos tener un accidente o poner en peligro a otras personas.
En nuestra vida
diaria, en los asuntos prácticos del diario vivir, debemos tener en cuenta lo
que es correcto e incorrecto, para vivir en armonía con el momento y lugar en
el que estamos y con quien nos relacionamos. No tener en cuenta lo que es
adecuado o inadecuado, lo que es correcto e incorrecto, cuando nos relacionamos
con nuestro mundo, es vivir en discordancia y crear conflicto y fricciones con
nuestra realidad.
Pero querer captar la
auténtica naturaleza de la realidad basándonos en nuestros conceptos de
correcto e incorrecto, usando nuestra mente dualista, es imposible. No podemos
comprender con palabras lo que no hay forma de expresar. No podemos plasmar con
conceptos lo que es pura experiencia. ¿Cómo podemos conocer la esencia de
nuestro corazón poniendo etiquetas de correcto e incorrecto? ¿acaso las flores son
correctas o incorrectas? ¿Son las estrellas, los pájaros, los ríos o las
estaciones correctas o incorrectas?
Soltemos los
conceptos, dejemos ir los juicios y etiquetas, abramos simplemente nuestro
corazón a la experiencia directa de la realidad.
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