LA MEDITACIÓN VIPASSANA


Instrucciones paso a paso sobre cómo practicar la meditación Vipassana o visión superior, una meditación fundamental.

¿Qué es vipassana?

Vipassana, o meditación de conocimiento, es la práctica de una atención continua y cercana a la sensación, a través de la cual finalmente se puede percibir la verdadera naturaleza de la existencia. Se cree que es la forma de meditación enseñada por el propio Buda, y aunque la forma específica de la práctica puede variar, es la base de la mayoría de tradiciones de meditación.

Dónde y cómo sentarse

El Buda sugirió que un lugar en el bosque debajo de un árbol o cualquier otro lugar muy tranquilo es lo mejor para la meditación. El meditador debería sentarse en silencio y en paz con las piernas cruzadas.
Si sentarse con las piernas cruzadas resulta demasiado difícil, se pueden usar otras posturas para sentarse. Aquellas personas con problemas de espalda pueden utilizar una silla para sentarse. En cualquier caso, hay que sentarse con la espalda erguida, en ángulo recto con el suelo, pero sin demasiada tensión.
La razón para sentarse derecho es bastante obvia. Una espalda arqueada o torcida provocará dolor al poco tiempo. Además, el esfuerzo físico para mantenerse erguido sin apoyo adicional da energía a la práctica de la meditación.
Para lograr la paz mental, debemos asegurarnos de que nuestro cuerpo esté en paz. Por lo tanto, es importante elegir una posición que sea cómoda durante un largo período de tiempo.

La respiración


Cierra los ojos. Luego pon tu atención en el vientre, en el abdomen. Respira normalmente, sin forzar la respiración, sin disminuirla y sin acelerarla. Simplemente respira de forma natural. Siente como el aire entra y sale, y como se mueve el abdomen al respirar.

Desarrollar la atención

Asegúrate de que la mente esté atenta a la totalidad de cada proceso. Presta atención desde el principio a todas las sensaciones implicadas en la inhalación. Mantén tu atención mientras se expande el abdomen. Luego, presta atención a las sensaciones mientras el abdomen desciende hasta que acabes de expulsar el aire.
La conciencia debe ser continua y completa. Debes intentar ser consciente de cada uno de estos movimientos de principio a fin como un proceso completo, como un todo. No observes las sensaciones con una mente demasiado enfocada, buscando descubrir cómo comienza o termina el movimiento abdominal.
Es muy importante esforzarse en mantener un objetivo preciso para que la mente se encuentre con la sensación de manera directa y poderosa. Puede ser de ayuda para mantener la precisión y exactitud comentar ligera y mentalmente el objeto de atención, nombrando la sensación diciendo la palabra suavemente y en silencio en la mente, como "inspirar… exhalar…" o "subir… bajar…
Si te distraes… ¡Observa tu mente! Date cuenta de que estás pensando. Reconoce que estás pensando diciendo en silencio "pensando", como si lo etiquetaras, y vuelve a llevar tu atención al movimiento del abdomen al respirar.A pesar de hacer un esfuerzo por mantener la atención, nadie puede permanecer para siempre perfectamente concentrado en el subir y bajar del abdomen. Inevitablemente surgen otros objetos en la mente que captan tu atención. Por lo tanto, el ámbito de la meditación abarca todas nuestras experiencias: imágenes, sonidos, olores, sabores, sensaciones en el cuerpo y objetos mentales como imaginaciones o emociones. Cuando surja alguno de estos objetos, debes enfocar directamente en él tu atención y etiquetarlo ligeramente y en silencio. Después vuelve a llevar tu atención al movimiento del abdomen.

Durante la práctica

Durante la meditación sentada, si aparece algún otro objeto que desvía la atención del movimiento del abdomen, este objeto debe notarse claramente. Por ejemplo, si surge un sonido fuerte durante la meditación, dirige conscientemente tu atención hacia ese sonido tan pronto como surja. Considera ese sonido como una experiencia directa, y también identifícalo mentalmente, breve y ligeramente, con la etiqueta de "escuchar, oír". Cuando el sonido se desvanece y ya no es predominante, regresa al movimiento del abdomen al respirar. Este es el principio básico a seguir en la meditación sentada.
Para etiquetar no es necesario utilizar un lenguaje complejo. Lo mejor es una simple palabra. Para las percepciones de ojos, oídos y lengua, simplemente decimos: "Ver", "oír", o "saborear". Para las sensaciones en el cuerpo, podemos elegir un término un poco más descriptivo como "calor", "presión", "tensión" o "movimiento". Aunque parece haber una gran diversidad de objetos mentales, en realidad podemos etiquetarlos en unas pocas categorías claras, como "pensar", "imaginar", "recordar", "planificar" y "visualizar". El etiquetado nos ayuda a percibir claramente las cualidades reales de nuestra experiencia, sin sumergirnos en el contenido, y desarrolla la disciplina mental y la concentración.
En la práctica de meditación buscamos una conciencia profunda, clara y precisa de la mente y el cuerpo. Esta conciencia directa nos muestra la verdad sobre nuestras vidas, la naturaleza real de los procesos mentales y físicos.

Cómo acabar tu meditación

No es necesario que la meditación termine tras una sesión de media hora o una hora de estar sentado. Se puede continuar practicando durante todo el día.
Cuando te levantes después de meditar sentado, debes prestar atención cuidadosamente a todo el proceso, comenzando con la intención de abrir los ojos: "intención", “abrir”. Experimenta la intención mental y siente las sensaciones al abrir los ojos. Continúa observando con cuidado y precisión, con pleno poder de observación, durante toda la transición de posturas hasta el momento en que te hayas puesto de pie y cuando comiences a caminar.
Durante todo el día, también debes tener en cuenta, y tomar nota mentalmente, todas las demás actividades, como estirarse, doblar el brazo, tomar una cuchara, ponerse la ropa, cepillarse los dientes, cerrar la puerta, abrir la puerta, cerrar los párpados, comer y demás. Debemos ser cuidadosamente conscientes de todas estas actividades y etiquetarlas mentalmente.
Excepto durante las horas de sueño reparador, debes tratar de mantener una atención continua durante tus horas de vigilia. Aunque puede parecer una tarea difícil, no es en realidad algo tan pesado como parece, consiste simplemente en sentarse y caminar, y sencillamente observar lo que ocurre y ser consciente de ello.

Retiros y meditación caminando

Para profundizar en la práctica, es muy recomendable realizar retiros intensivos de meditación de cuando en cuando. Durante un retiro, es habitual alternar períodos de meditación sentada con períodos de meditación caminando de aproximadamente la misma duración, uno tras otro durante todo el día. La duración habitual de las sesiones de meditación sentada y caminando suelen ser de una hora, pero también se pueden hacer de 45 minutos. Para realizar la meditación caminando, los participantes del retiro suelen utilizar un espacio de unos veinte pasos caminando lentamente de un lado a otro.Un breve período de meditación caminando de unos diez minutos antes de meditar sentados nos ayuda a enfocar la mente. Además, la conciencia desarrollada en la meditación caminando es útil para todos nosotros mientras nos movemos de un lugar a otro en el transcurso de un día normal. La meditación caminando desarrolla el equilibrio y la precisión de la conciencia, así como la capacidad de mantener la concentración. Uno puede descubrir aspectos muy profundos de la realidad mientras camina ¡e incluso tener cierto despertar!

Movimiento consciente

La meditación caminando consiste en prestar atención al proceso de caminar. Si nos movemos con bastante rapidez, presta atención mentalmente al movimiento de las piernas, "Izquierda, derecha, izquierda, derecha", y usa tu conciencia para seguir las sensaciones reales en toda tu pierna. Si nos movemos más lentamente, ten en cuenta la elevación, el movimiento y la colocación de cada pie. En cualquier caso, debes tratar de concentrarte solo en las sensaciones de caminar. Observa los procesos que se dan cuando te detienes al final del camino, cuando paras, cuando das la vuelta y comienzas de nuevo a caminar.No debes mirarte los pies a menos que esto sea necesario debido a algún obstáculo en el suelo; no es útil mantener la imagen de un pie en tu mente mientras intentas ser consciente de las sensaciones. Tu intención es centrarte en las sensaciones en sí mismas, y estas no son visuales. Para muchas personas es un descubrimiento fascinante cuando son capaces de tener una percepción pura y desnuda de las sensaciones físicas, como la ligereza, el hormigueo, el frío y el calor.
Por lo general, dividimos el acto de caminar en tres movimientos distintos: levantar el pie, moverlo y colocarlo de nuevo en el suelo. Para potenciar una conciencia precisa, separamos los movimientos claramente, poniendo una ligera etiqueta mental al comienzo de cada movimiento, y asegurándonos de que nuestra conciencia lo siga claramente y con precisión hasta que termine. Otro detalle importante es comenzar a notar el movimiento de colocación en el instante en que el pie comienza a moverse hacia abajo.
En la meditación es importante ir más allá de los conceptos convencionales y comprender la verdadera naturaleza de cada proceso. Si, por ejemplo, tomamos el acto de levantar el pie del suelo, comienza con la intención de levantarlo y continúa a través del proceso real de hacerlo, lo que implica muchas sensaciones que podemos percibir.Hay que tener también en cuenta que, si nuestro esfuerzo por ser conscientes de levantar el pie es demasiado fuerte, superará a la sensación, y si nuestro esfuerzo es demasiado débil, no alcanzará su objetivo. Por lo tanto, debemos de mantener cierto equilibrio entre esfuerzo y relajación de la atención.

Conocimiento y concentración

Un objetivo mental adecuado y preciso ayuda a equilibrar nuestro esfuerzo. Cuando nuestro esfuerzo es equilibrado y nuestro objetivo es preciso, la atención plena se situará firmemente sobre el objeto de la conciencia.
Cuando se reúnen tres factores, el esfuerzo, la precisión, y la atención plena, se desarrolla la concentración. La concentración es el recogimiento de la mente en un punto. Su característica principal es evitar que la conciencia se vuelva difusa o dispersa.
Poco a poco, conforme vayamos avanzando en este proceso de atención plena y conciencia, lo que antes veíamos, por ejemplo, como una línea estática, comenzará a brillar y vibrar. Al acercarnos más, descubriremos que la línea que parecía estática está compuesta de pequeños elementos, como hormigas que van en fila, siendo entonces conscientes de que nuestra noción de línea era sólo una ilusión. Llegados a ese punto somos capaces de ver con precisión cada uno de los elementos que forman esa aparente línea, como si viéramos cada una de las hormigas, una tras otra.

La percepción profunda

La "percepción profunda", o visión interior, es un factor mental. Cuando observamos con precisión, por ejemplo, el acto de levantar el pie de principio a fin, el factor mental o la cualidad de la conciencia llamada "percepción profunda" se va acercando al objeto de observación. Cuanto más se acerque esa percepción, más clara se verá la verdadera naturaleza del proceso del movimiento.
Es sorprendente cómo, cuando surge esa comprensión y se profundiza a través de Vipassana, o "meditación del conocimiento ", los aspectos particulares de la verdad sobre la existencia tienden a revelarse en un orden definido. Este orden se conoce como el progreso del conocimiento.
En primer lugar, los meditadores comprenden, no intelectualmente o por razonamiento sino de manera bastante intuitiva, que un proceso como levantar el pie está compuesto de distintos fenómenos mentales y materiales que se dan al unísono, como emparejados. Las sensaciones físicas, que son materiales, están vinculadas, pero son diferentes, de la conciencia, que es mental.
Después comenzamos a ver toda una sucesión de eventos mentales y sensaciones físicas, y a apreciar la condicionalidad que relaciona la mente y la materia. Vemos con gran frescura e inmediatez que la mente provoca a la materia, como cuando nuestra intención de levantar el pie inicia las sensaciones físicas de movimiento, y vemos que la materia provoca a la mente, como cuando una sensación física de fuerte calor genera un deseo de movernos en nuestra meditación caminando hacia un lugar sombreado. La comprensión de la causa y el efecto puede adoptar una gran variedad de formas, sin embargo, cuando surge, nuestra vida nos parece mucho más simple que nunca antes. Nuestra vida no es más que una cadena de causas y efectos mentales y físicos. Esta es la segunda percepción del progreso clásico del conocimiento.
A medida que desarrollamos la concentración, vemos aún más profundamente que estos fenómenos del proceso de levantar el pie son transitorios e impersonales, aparecen y desaparecen uno por uno a una velocidad fantástica. Este es el siguiente nivel de comprensión, el siguiente aspecto de la existencia que la conciencia concentrada se vuelve capaz de ver directamente. No hay nadie detrás de lo que está sucediendo, los fenómenos surgen y desaparecen como un proceso vacío, de acuerdo con la ley de causa y efecto. Esta ilusión de movimiento y solidez es como una película, para la percepción ordinaria parece estar lleno de personajes y objetos, todo aparenta ser un mundo. Pero si ralentizamos la película, veremos que en realidad está compuesta de fotogramas de película estáticos y separados. Veremos que la realidad de nuestro mundo y nuestra vida no es tan sólida como creíamos.


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