Seis sencillos pasos pueden convertir un paseo
ordinario en una dosis diaria de inspirador asombro.
A veces podemos sentirnos como el centro
de nuestro propio universo, obsesionados con nuestras propias preocupaciones
sin fijarnos demasiado en los demás. Asombrarnos con algo puede sacarnos
repentinamente de ese estado mental egocéntrico, maravillándonos e
inspirándonos al recordarnos que somos parte de algo mucho más grande que
nosotros mismos.
Los investigadores definen el asombro
como una respuesta ante cosas que percibimos como inmensas y que trascienden la
manera en que comprendemos el mundo. Algunos estudios sugieren que experimentar
asombro no solamente fomenta la felicidad y la salud física, sino que también
reduce la sensación de tener derecho a algo y aumenta la generosidad.

Cómo hacerlo
Para empezar, apaga tu móvil. Los
teléfonos móviles (y otros dispositivos) pueden distraerte y desviar tu
atención de lo que está sucediendo a tu alrededor. O mejor, no lleves el
teléfono contigo para no sentir la tentación de mirarlo.
Durante el paseo, intenta relacionarte
con lo que veas con nuevos ojos, imaginando que lo estás viendo por primera
vez. Entonces sigue los siguientes pasos:
1. Respira profundamente. Cuenta hasta seis mientras inhalas y otros seis
mientras exhalas. Siente el aire moviéndose por tus fosas nasales, y escucha el
sonido de tu respiración. Vuelve a esta respiración durante el paseo.
2. Cuando empieces a caminar, siente tus pies sobre la tierra y escucha los
sonidos del entorno.
3. Cambia ahora el enfoque de tu atención para abrirte a lo que hay a tu
alrededor, a las cosas que son inmensas, inesperadas, cosas que te sorprendan y
te hagan disfrutar.
4. Vuelve a respirar profundamente. De nuevo, cuenta hasta seis mientras
inhalas y otros seis mientras exhalas.
5. Abre tu conciencia para explorar lo que te asombre. Puede ser un amplio
paisaje o los pequeños detalles de luces y sombras. Deja que tu atención se
mueva de lo inmenso a lo más pequeño.
6. Continúa tu paseo y, de vez en cuando, vuelve a llevar tu atención a la
respiración. Cuenta hasta seis mientras inhalas y otros seis mientras exhalas.
Date cuenta, pero de verdad, de la multitud de vistas, sonidos, aromas, y otras
sensaciones que pasan por tu conciencia, normalmente desapercibidas.
Cuando te acostumbres a dar paseos de
esta manera, es muy posible que sea impactante darte cuenta de la cantidad de
oportunidades que tienes para sorprenderte, que son prácticamente infinitas.
Según vaya pasando el día, ten en cuenta esos momentos que te sorprenden, que
te ponen la piel de gallina: esas son tus oportunidades para asombrarte. Puede
ser en lugares de la ciudad, frente a una obra de arte, escuchando música, o
conectando con otras personas. Sal y encuentra tus momentos de asombro,
escúchalos atentamente, y descubre hacia dónde te están guiando. Ya que
combinan humildad y sorpresa, puedes descubrir que te están señalando lo que se
supone que debes hacer mientras estés en este mundo.
Estudios sugieren que la sensación de
una mayor conexión y propósito evocados por el asombro pueden ayudarnos a
liberar estados de ánimo negativos y aumentar la felicidad, y también pueden
hacer que las personas sean más generosas al estar menos enfocadas en sí
mismas. Provocar sensaciones de asombro puede ser especialmente útil cuando nos
sentimos liados con las preocupaciones diarias. Así que, no pierdas ocasión para asombrarte cada día y disfruta de la
inmensidad del mundo que te rodea.
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