Son inspiradoras las historias de
libertad: “Una vez estuve atrapado, pero ahora soy libre, una vez me
perdí, pero pude encontrar el camino”. En todas las tradiciones, los guerreros
se han reunido en círculos sagrados para compartir historias como estas durante
mucho, mucho tiempo.
En las enseñanzas guerreras, la libertad
radica especialmente en la verdad de que el sufrimiento tiene un final. En
otras palabras: LA LIBERTAD ES POSIBLE.
En la actualidad, cuando la brecha entre
ricos y pobres es tan profunda como lo fue hace años en momentos de profunda depresión,
cuando la violencia crónica contra los negros y los inmigrantes ha alcanzado
proporciones epidémicas, cuando hemos dañado la tierra, el aire y el agua, necesitamos
más que nunca estas enseñanzas.
Parte del compromiso del guerrero es
practicar tocando profundamente cómo se siente y cómo es estar libre de la
avaricia, el odio y el engaño, no solo a nivel individual, sino también en
nuestras relaciones, comunidades, instituciones, y también en el panorama
político global.

Recordarnos a nosotros mismos y a los demás
que la LIBERTAD ES POSIBLE a veces es tan simple como volver a contar una
historia sobre el despertar de algún maestro guerrero del pasado, o compartir
un momento de despertar de nuestras propias vidas, o recordar la historia de
una comunidad o país donde las fuerzas del amor fueron capaces de expulsar de
allí las fuerzas del odio.
Estas historias nos conectan con nuestro
más alto potencial y propósito, y nos ayudan a orientarnos cuando el camino a
seguir no está claro. Que nunca nos
falten estas historias de libertad, para que nuestros corazones y mentes se
mantengan optimistas mientras caminamos juntos por el largo camino hacia la
felicidad.
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