Descansar es una práctica muy importante, de la misma manera que nuestro
cuerpo físico necesita descansar para recuperarse, nuestra conciencia también
lo necesita.
Si tiramos un guijarro al río, una vez
toca la superficie del agua se va hundiendo lentamente hasta llegar al fondo. Llega
hasta el lecho del río sin ningún esfuerzo. Y, una vez que ha llegado al fondo,
sigue descansando. Deja simplemente que el agua pase.
El guijarro llega hasta el lecho del río
por el camino más corto porque se deja caer sin hacer ningún esfuerzo por
alcanzar su destino. Durante nuestra práctica de meditación sentada podemos
permitirnos descansar como un guijarro. Podemos permitirnos hundirnos de forma
natural sin ningún esfuerzo en esa posición sentada, en la posición de
descanso.
Descansar es una práctica muy importante,
debemos aprender el arte de descansar. La meditación del guerrero comienza
descansando. Debes dejar descansar tu cuerpo y tu mente. Nuestra mente, igual
que nuestro cuerpo, tiene que descansar.
El problema es que la mayoría de nosotros
no sabemos cómo dejar que descanse nuestro cuerpo y nuestra mente. Siempre
estamos luchando, luchar se ha convertido en una especie de costumbre. No
podemos resistirnos a estar activos, luchando continuamente. Luchamos hasta
cuando dormimos.
Es muy importante darnos cuenta de que
tenemos la costumbre de luchar. Debemos ser capaces de reconocer un hábito
cuando se manifiesta, porque si sabemos cómo reconocer nuestro hábito, perderá energía
y no será capaz de seguir empujándonos.
Descansa como un guijarro en el río de la vida. Abre tu mente y tu corazón
y descansa cada día en la profundidad de tu ser.
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