PROMETO NO QUEMARME



No es suficiente con ayudar a otros, también tienes que cuidarte tú mismo.

En ocasiones, al ver como repentinamente fallece alguien relativamente joven que ha estado muy entregado a los demás, nos preguntamos si no habrá sido excesiva la carga que llevaba esta persona. ¿Cuántos de nosotros podemos estar a punto de quemarnos, llevando ese mismo camino hacia el agotamiento? ¿Podemos como guerreros estar involucrados en los cambios de la sociedad, desarrollando y profundizando nuestra práctica espiritual, y además cuidando de nuestras familias? ¿Cómo podemos hacer todo eso sin derrumbarnos? Vivimos en un mundo en el que siempre parece haber demasiadas cosas que hacer, con demasiado sufrimiento y corrupción social y pocos espacios para verdaderamente descansar y regenerarse.

Cuando nos desesperamos, lo cual puede ocurrir bastante a menudo, nos preguntamos qué podemos hacer para no vernos superados por la deseperación o el cinismo. Por nuestro propio bien, por nuestra familia, y por nuestra sociedad, debemos prometer no quemarnos. Y también debemos pedir a otros que hagan la misma promesa para que puedan estar ahí cuando necesitemos su ayuda. Podríamos incluso escribir la “Gran Promesa del Guerrero Consciente”, algo así como:

Consciente del sufrimiento y la injusticia, yo, _(tu nombre)_, practico y trabajo para crear un mundo más justo, pacífico, y sostenible. Prometo, por el beneficio de todos, cuidarme, siendo consciente y manteniendo la salud y la alegría. Prometo no quemarme.

Esta promesa, una vez firmada y con fecha, puede convertirse en un precioso recurso para recordar cuidarnos a nosotros mismos.

Quemarse trabajando por los demás, sacrificarse hasta llegar al agotamiento, el paradigma del héroe solitario que no toma nada para sí mismo y lo da todo, hasta la propia vida, por los demás, es en la actualidad perjudicial para todos los que intentamos llevar las enseñanzas guerreras a la vida diaria. La entrega de uno por los demás actualmente se basa en el cuidado de uno mismo en servicio a la comunidad. Cuanto más tiempo vivamos, cuanto más sanos estemos, cuanto más felices seamos, más experiencia y sabiduría podremos adquirir y aportar a nuestra sociedad para contribuir mejor a un replanteamiento más humano de las relaciones, la educación, el trabajo, y el ocio.

Hoy en día, podemos decir que vivimos siempre en medio de algún tipo de crisis. Las comunidades, los diferentes grupos sociales, necesitan inventar nuevas formas de crear espacios para lo que algunos llaman “descanso radical”.

Necesitamos horarios más espaciosos y flexibles para la práctica espiritual, donde se valore el descanso adecuado, considerando las necesidades de cuerpo y mente de un buen descanso y suficientes horas de sueño.

El concepto de lo que es radical ha cambiado con el tiempo. Ahora, una lucha social radical es la encaminada a conseguir suficiente atención por el cuidado de uno mismo y la salud, prestando atención al cuerpo y a la dimensión espiritual. Antes no nos preocupábamos tanto de eso, pero ahora se piensa más profundamente en la conexión entre la vida interior y lo que sucede en la sociedad. Porque incluso aquellos que están luchando contra la violencia de estado a menudo incorporan, paradójicamente, impulsos basados en esa violencia de estado en sus relaciones con otra gente.

Sanación. Descanso. Autocuidado. Justicia reparadora. Yoga reparador. Mindfulness dinámica en traumas. Compasión. Amor. Sanación comunitaria. Todas estas son palabras que se escuchan cada vez más dentro de los grupos de activistas espirituales, y de personas que encarnan un verdadero compromiso de ayudar a los demás. Cada momento está hecho de gente real, y cada acción se compone de diferentes tareas separadas. Este es un trabajo que necesitamos hacer y que podemos hacer juntos.

¿Cómo puedes hacer que tu vida sea sostenible, física, emocional, financiera,  intelectual, y espiritualmente? ¿Estás ayudando a crear comunidades basadas en valores de sostenibilidad, incluidas la sostenibilidad medioambiental y cultural? ¿Sientes que tienes suficiente tiempo y espacio para interiorizar pensamientos, imágenes y experiencias de cosas que te alegran y nutren? ¿Qué recursos tienes cuando te sientes aislado e indefenso?

Este mundo lleno de sufrimiento parece ir devorando poco a poco nuestros hogares y nuestras vidas. Necesitamos un camino de transformación radical, y sin duda ese camino es el camino del guerrero que emplea su vida en ayudar a los demás. Es muy posible que en algún momento tengamos que ser más valientes de lo que esperamos y de lo que estamos preparados para afrontar. Pero debemos ser valientes de una manera sostenible, permaneciendo junto a nuestros hijos, nuestras familias, y nuestra comunidad. Tenemos que crear esta nueva forma “despierta” de vivir juntos, de cómo funcionar, manejar los conflictos, tomar decisiones, comer, amar, llorar las pérdidas, y jugar. Y eso no lo podremos conseguir si nos quemamos, si nos agotamos en el intento. Por eso, prometo no quemarme. ¿Lo prometes tú también?




Más abajo puedes dejar un comentario sobre lo que te ha parecido esta publicación y también sugerir algún tema sobre el que te gustaría leer en futuras publicaciones. Gracias por tu colaboración.



Comentarios