Tal vez la mejor forma de comprender lo que es
mindfulness es reconocer las cosas que no es, porque, aunque incluye muchos
aspectos, no es ninguno de ellos por separado.
Mindfulness,
la práctica de la atención o atención plena, no quiere decir simplemente darte
cuenta o ser consciente, porque uno siempre está consciente si no está
muerto o en coma. La conciencia es la cualidad fundamental de la mente,
entendiéndola como un acontecimiento que ocurre más que como una cosa que
exista. Como tal, siempre está presente cuando tiene lugar cualquier tipo de
experiencia. Si mindfulness significara ser consciente, entonces siempre
estaríamos practicando mindfulness, en todas las circunstancias y de forma
automática.


Es
importante reconocer que cada uno de los estados mentales mencionados son
éticamente neutrales y pueden usarse para bien o para mal. Muchas de las formas
de mal comportamiento incluyen la atención, la voluntad, y la concentración, y
las mismas funciones están trabajando cuando actuamos con benevolencia.
Vayamos
ahora de lo que no es mindfulness a lo que sí es.
Cada
momento de conciencia está acompañado de una respuesta emocional, y aquí es
donde se puede situar adecuadamente mindfulness en el mapa de la experiencia.
Mindfulness es una cualidad de la respuesta emocional, una postura intencional
en partiular y una actitud hacia el objeto de experiencia que le da forma y
textura a cómo es experimentado por la conciencia.
Mindfulness
requiere una completa ecuanimidad. Esto no significa que no te
importe o seas indiferente a lo que suceda, sólo que la mente está equilibrada
y completamente consciente de las cosas exactamente como son, sin el deseo de
cambiarlas favoreciendo una cosa o rechazando otra.
Mindfulness
es un estado mental que se relaciona con el objeto de la atención, pero esa
relación está desprovista de ansia. Uno respira
conscientemente, sin querer que la respiración sea larga o corta sino
simplemente consciente de ella tal y como es. Uno camina conscientemente, de
aquí para allá, sin el deseo de ir a ningún sitio, simplemente dándose cuenta
de las diferentes texturas de las sensaciones físicas que aparecen y
desaparecen en el cuerpo. Mindfulness es
por tanto todo lo anterior –conciencia,
con atención, en el momento presente, deliberadamente— y con otra cosa muy
importante: una actitud o postura
intencional de ecuanimidad sin apego.
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