Las tres
marcas de la existencia –transitoriedad, sufrimiento, y ausencia de yo—son una
descripción básica de la realidad en algunas enseñanzas guerreras. Las tres
puertas de la liberación señalan el camino para trascender la dualidad, la raíz
de todo sufrimiento, viviendo de acuerdo con estas verdades. Son el lado
positivo de lo que, de otra manera, podría verse como una mala noticia.
1. Ausencia de yo. Ya que
nada tiene un yo separado, todo está conectado, podemos decir que todo es un “interser”.
Cuando nos damos cuenta que estamos conectados con todas las cosas, tenemos una
comunicación perfecta con ellas y vivimos con alegría y en paz.
2. Ausencia de signos. La forma
o apariencia externa de las cosas, su “signo”, nos puede engañar. Vemos una
nube, y parece una nube, pero luego llueve, y después la lluvia está en las
plantas. Las formas cambian, pero nada se pierde. Cuando nos damos cuenta de la
ausencia de signos, cuando ya no estamos apegados a las formas temporales,
trascendemos el nacimiento y la muerte, y disfrutamos de un viaje maravilloso y
en continuo cambio.
3. Ausencia de objetivo. Siempre
estamos corriendo sin cesar, detrás del amor, la riqueza, la felicidad, la
iluminación, o cualquier otra cosa. La ausencia de objetivo quiere decir que no
hay nada que conseguir, no hay ningún objetivo que alcanzar. Entonces te das
cuenta que siempre tienes todo lo que necesitas. Podemos decir que esa es una
persona sin “negocios”. Una persona que no tiene ningún negocio personal que
llevar a cabo en el continuo devenir del sufrimiento es una persona que ha
alcanzado el despertar.
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