SUPERAR NUESTRAS TENDENCIAS


Aunque puede parecer drástico, debemos abandonar la arrogancia y no dejarnos llevar por nuestras tendencias si realmente queremos ayudar a otros.

La falta de amabilidad es el origen de la arrogancia, y dejarnos llevar por nuestras tendencias es el origen de la falta de amabilidad. Por eso, no podremos invocar la magia en nuestra vida si no abandonamos nuestras tendencias habituales. Si nos resistimos a dejar nuestras formas habituales de comportamiento, no estamos viviendo en el mundo del guerrero. Los comportamientos habituales son como reflejos: nos defendemos cuando nos sentimos atacados, nos asustamos ante algo repentino e inesperado.

También utilizamos esos patrones habituales de conducta para esconder nuestra torpeza o ignorancia. Recurrimos a ciertas respuestas aprendidas cuando nos sentimos incapaces o incómodos en alguna situación, poniendo excusas para mantener cierta apariencia y no dejar ver nuestras carencias. Ante nuestras emociones, cuando alguna situación no nos gusta o no podemos conseguir lo que deseamos, respondemos frecuentemente con ciertas tendencias como el cansancio, la inquietud o la irritación. Utilizamos nuestras tendencias habituales como defensa, para aislarnos de los aspectos del mundo que no nos gustan. Nos aferramos a nuestras tendencias como si fueran un disfraz para aparentar lo que no somos. Incluso utilizamos el mismo reconocimiento de nuestras debilidades como una tendencia para ocultar el profundo miedo que existe en nuestro interior.

Nuestros patrones habituales de conducta son una manifestación del instinto animal, es como si estuviéramos siempre mirando al suelo, muy limitados, sin querer ver más allá de nuestra nariz, sin atrevernos a levantar la mirada para disfrutar de un espacio inmenso sobre nosotros. Nuestras tendencias nos mantienen encorvados, ocultando el corazón, porque tenemos miedo a ocupar realmente nuestro lugar, bien erguidos y abiertos al mundo que nos rodea. Tal vez hayamos aprendido algo sobre la magia ordinaria y la esencia de nuestro corazón, pero si seguimos dejándonos llevar por nuestras tendencias habituales continuaremos andando por la vida con un corazón cerrado y una visión limitada.

Si llevamos una vida regida por nuestras tendencias, podemos preguntarnos cómo es posible que un guerrero vaya siempre erguido y alerta por la vida. Incluso nos puede parecer que es aburrido ser un guerrero y sentir pena por él, pensando que requiere mucho esfuerzo mantenerse erguido y abierto todo el tiempo, sin abandonarse tirado en el sofá de cualquier manera.

Pero el guerrero no necesita tomarse un descanso de serlo, no necesita tiempo libre para abandonarse, no puede ser un guerrero en la calle y dejarse llevar por las tendencias en casa perdiendo la compostura. Aunque puede parecer muy drástico, es necesario librarse de la arrogancia y superar nuestras tendencias para poder ayudar realmente a los demás. Debemos sentirnos orgullosos de lo que somos, manifestándolo sin vergüenza y sin dejarnos hundir en la mediocridad de la mayoría. Debemos ser auténticos guerreros, sinceros y conscientes en todo momento.

Las tendencias de comportamiento habituales son destructivas y peligrosas porque nos impiden ver con claridad la realidad del mundo, oscurecen nuestra visión del mundo y de nosotros mismos. Las tendencias nos mantienen encorvados, mirando al suelo, buscando lo que nos puede dar un poco de satisfacción momentánea, en lugar de vivir erguidos, abiertos al cielo y la tierra, con una visión amplia y clara que nos inspire a seguir adelante en nuestro camino para ayudar a los demás y hacer más humano este mundo.

Ese espíritu inocente y curioso que teníamos cuando éramos pequeños se perdió al ocultarnos tras una coraza para no ser heridos en la vida. Tras esos primeros años de incesante curiosidad por conocer la realidad, nos empezamos a sentir heridos y maltratados por el mundo y fuimos creando nuestra coraza de tendencias habituales donde poder escondernos y dormir sin ser molestados.

Aunque en ocasiones mantenernos erguidos, presentes y abiertos al mundo puede causarnos algún dolor, debemos levantarnos y abrirnos. No es necesario que estemos continuamente buscando algo para entretenernos, para no aburrirnos, para no ver el brillo cegador de la realidad. A medida que vamos dando pasos por el camino del guerrero nos preguntamos si no habrá otra forma menos dolorosa de hacer este viaje. Pero el viaje del guerrero es directo y crudo, es real e intenso, nos exige mucho, pero no hay otra forma de recorrerlo de una manera auténtica.

Si superamos nuestras tendencias podremos ver y disfrutar de la realidad del mundo a cada momento. Seremos capaces de apreciar el brillo, la belleza y las maravillas del mundo en el que vivimos, sin sentirnos heridos ni avergonzados. Cuando superamos nuestras respuestas automáticas se manifiesta la magia en nuestra vida y el mundo es realmente nuestro mundo en toda su extensión y profundidad



Más abajo puedes dejar un comentario sobre lo que te ha parecido esta publicación y también sugerir algún tema sobre el que te gustaría leer en futuras publicaciones. Gracias por tu colaboración.


Comentarios