REGRESANDO AL ORIGEN


Regresando al origen conectamos con nuestra esencia, pero al perseguir las apariencias nos alejamos cada vez más de la verdadera raíz de la vida.

El origen de la vida no está lejos de nosotros, ni en el espacio ni el tiempo, porque nuestra propia esencia es la esencia de la realidad, que existe en este momento y en este lugar. La raíz de la realidad es el origen de todas las creaciones mentales que surgen de nuestras sensaciones y percepciones.

Pero, normalmente, no vemos la raíz de los acontecimientos y nos dejamos confundir por las apariencias. Los pensamientos nos nublan la percepción del origen, haciéndonos confundir apariencia y realidad, seduciéndonos para quedar presos de nuestras propias fantasías y limitando nuestra experiencia. Persiguiendo los modelos que hemos creado en nuestra mente somos incapaces de ver directamente la realidad del mundo que nos rodea.

Es necesario buscar el silencio y la calma en nuestro interior para disolver la bruma que nos impide ver la realidad de la vida. A partir de esa calma, podremos ver la irrealidad de todas las creaciones mentales que hasta ahora nos confundían. Veremos cómo nuestra mente crea constantemente espejismos que se disuelven por sí mismos al instante siguiente. Regresando al origen, a la esencia de nuestro interior, podremos permanecer en la calma de la profundidad a pesar de las olas que pueda haber en la superficie.







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