SABIDURÍA CON ALEGRÍA


Si perseveras, tendrás éxito y encontrarás alegría al superar los obstáculos

En lo que percibimos como nuestras imperfecciones y debilidades reside la clave para descubrir nuestra auténtica fortaleza. Al encarar nuestras emociones perturbadoras y los problemas que surgen en nuestra vida, descubrimos una experiencia de bienestar que se extiende tanto hacia fuera como hacia dentro. Si no nos hubiéramos enfrentado al pánico y la ansiedad que podíamos sentir en nuestra juventud, nunca habríamos llegado a estar donde estamos siendo adultos.

Todos somos seres despiertos, pero no somos capaces de reconocerlo. Estamos atrapados de muchas maneras en una visión muy limitada de nosotros mismos y del mundo que nos rodea por el condicionamiento cultural, la educación familiar, las experiencias personales, y la predisposición biológica básica a distinguir y medir la experiencia presente y las esperanzas futuras comparándolas con el almacén neuronal de recuerdos.

Pero, una vez que te comprometes a desarrollar una conciencia de tu naturaleza despierta esencial, comenzarás inevitablemente a ver cambios en tu experiencia diaria. Cosas que solían molestarte perderán gradualmente el poder de enfadarte. Te volverás más intuitivo, más relajado, y con un corazón más abierto. Empezarás a reconocer los obstáculos como oportunidades para crecer. Y, conforme tu ilusorio sentido de limitación y vulnerabilidad vaya desapareciendo, descubrirás en lo profundo de ti la verdadera grandeza de quién eres.

Y lo mejor de todo, según empieces a ver tu propio potencial, comenzarás también a reconocerlo en cada uno de los que te rodean. Esa naturaleza despierta esencial no es una cualidad especial para sólo unos pocos privilegiados. La verdadera señal de reconocer tu naturaleza despierta es darte cuenta de lo ordinaria que realmente es, la habilidad de ver que es algo compartido con todas las criaturas vivas, aunque no todas la reconozcan en sí mismas. Así que, en lugar de cerrar tu corazón a la gente que te grita o que te hace daño de alguna otra manera, te das cuenta que cada vez está más abierto. Te das cuenta que no hay “estúpidos”, sino personas que, como tú, quieren ser felices y estar en paz. Sólo actúan como estúpidos porque no han reconocido su verdadera naturaleza y están abrumados por sensaciones de vulnerabilidad y miedo.

Tu práctica puede empezar simplemente con la aspiración de hacerlo mejor, de abordar todas tus actividades con una mayor sensación de conciencia y visión intuitiva, y de abrir más profundamente tu corazón a los demás. La motivación es el factor más importante para determinar que tu experiencia esté condicionada por el sufrimiento o por la paz. La sabiduría y la compasión se desarrollan realmente al mismo ritmo. Cuanto más atento estés, más fácil será ser compasivo. Y cuanto más abras tu corazón a los demás, más sabio y más atento estarás en todas tus actividades.

En cualquier momento puedes escoger seguir la cadena de pensamientos, emociones, y sensaciones, para reforzar una percepción de ti mismo como vulnerable y limitado, o puedes recordar que tu verdadera naturaleza es pura, incondicional, y no se puede dañar. Puedes seguir en el sueño de la ignorancia o recordar que eres, y siempre lo has sido, un ser despierto. Sea como sea, seguirás expresando la naturaleza ilimitada de tu verdadero ser. La ignorancia, la vulnerabilidad, el miedo, el enfado, y el deseo, son también expresiones del infinito potencial de tu naturaleza despierta. No hay nada inherentemente correcto o incorrecto en hacer una elección u otra. El fruto de la práctica del guerrero es simplemente reconocer que esas y otras aflicciones mentales no son ni más ni menos que opciones que están a nuestra disposición, porque nuestra auténtica naturaleza tiene infinitos aspectos.

Escogemos la ignorancia porque podemos. Escogemos la conciencia porque podemos. Un mundo de sufrimiento o de paz son simplemente diferentes puntos de vista basados en las elecciones que hacemos sobre cómo examinar y comprender nuestra experiencia. No hay nada mágico en un mundo donde reine la paz, y tampoco nada malo o equivocado en un mundo donde reine el sufrimiento. Si estás decidido a pensar en ti mismo como limitado, temeroso, vulnerable, o marcado por las experiencias pasadas, simplemente debes saber que tú has escogido hacerlo. La oportunidad de experimentarte de una manera diferente siempre está a tu disposición.

En esencia, el camino del guerrero te ofrece la oportunidad de elegir entre lo familiar y lo práctico. Sin lugar a dudas, hay cierta sensación de estabilidad y comodidad al mantener los patrones familiares de pensamiento y comportamiento. Salir de esa zona de confort y familiaridad implica necesariamente entrar en un reino de experiencias desconocidas que puede parecer realmente aterrador, un incómodo reino intermedio. No sabes si volver a lo que era familiar, aunque aterrador, o seguir adelante hacia lo que puede ser aterrador simplemente porque es desconocido.

En cierto sentido, la incertidumbre que envuelve la elección de reconocer tu pleno potencial es similar a lo que se siente al acabar con una relación abusiva: hay cierta reticencia o sensación de fracaso asociada al hecho de dejar la relación.

La diferencia principal entre cortar una relación abusiva y entrar en el camino del guerrero es que cuando entras en el camino del guerrero estás acabando una relación abusiva contigo mismo. Cuando escoges reconocer tu verdadero potencial, empiezas a encontrarte gradualmente menospreciándote con menos frecuencia, tu opinión sobre ti mismo se hace más positiva y saludable, y aumenta tu sensación de confianza y la alegría de estar simplemente vivo. Al mismo tiempo, empiezas a reconocer que todos los que te rodean tienen el mismo potencial, ya sea que lo sepan o no. En lugar de tratarlos como amenazas o adversarios, te sientes capaz de reconocer y empatizar con su miedo y su infelicidad. De manera espontánea les respondes enfatizando las soluciones en lugar de los problemas.

Básicamente, la sabiduría alegre se resume en escoger entre la incomodidad de ser consciente de tus aflicciones mentales y la incomodidad de ser dominado por ellas. No es que se pueda prometer que siempre va a ser agradable descansar en la conciencia de tus pensamientos, sentimientos, y sensaciones, y reconocerlos como creaciones interactivas de tu propia mente y de tu propio cuerpo. De hecho, lo que sí se puede garantizar es que mirarte a ti mismo de esta manera será, a veces, muy desagradable.

Pero lo mismo se puede decir de cualquier nuevo comienzo, ya sea ir al gimnasio, empezar un nuevo trabajo, o comenzar una dieta. Siempre son difíciles los primeros meses. Es duro aprender todas las habilidades que necesitas para dominar un trabajo, es duro motivarte para hacer ejercicio, y es duro comer sano cada día. Pero después de un tiempo las dificultades disminuyen, empiezas a sentir una sensación de placer o logro, y la sensación que tienes de ti mismo empieza a cambiar.

La meditación funciona de la misma manera. Durante los primeros días te puedes sentir muy bien, pero tras una semana más o menos, la práctica se convierte en una verdadera prueba. No encuentras el tiempo, estás incómodo sentado, no te puedes centrar, o simplemente te cansas. Has dado contra un muro, como les sucede a los corredores cuando intentan añadir un kilómetro más a su ejercicio. El cuerpo dice “no puedo”, mientras que la mente dice “tengo que hacerlo”. Ninguna de esas voces es especialmente agradable, de hecho, las dos son muy exigentes.

El camino del guerrero te ofrece una tercera opción. Si no puedes centrarte en un sonido o en la llama de una vela ni un segundo más, entonces por supuesto que debes parar. De otra manera, la meditación se convierte en una obligación. Acabarás pensando “Oh no, son las 7:00 y tengo que sentarme a cultivar la conciencia”. Nadie progresa de esa manera. Por otra parte, si piensas que puedes seguir uno o dos minutos más, entonces sigue. Puede sorprenderte lo que puedes aprender. Puedes descubrir un pensamiento o un sentimiento en particular detrás de tu resistencia que no querías reconocer. O simplemente puedes descubrir que eres capaz de reposar tu mente durante más tiempo del que pensabas. Ese descubrimiento tan sencillo puede darte una mayor confianza en ti mismo.

Pero lo mejor de todo es que no importa cuánto tiempo practiques, o qué método uses, cada técnica guerrera de meditación genera compasión. Siempre que observas tu mente, no puedes evitar reconocer tu similitud con los que te rodean. Cuando ves tu propio deseo de ser feliz, no puedes evitar ver el mismo deseo en los demás. Y cuando ves claramente tu propio miedo, enfado, o aversión, no puedes evitar ver que todos los que te rodean sienten el mismo miedo, enfado, y aversión. Esto es sabiduría, no en el sentido de aprender de los libros, sino en el de despertar el corazón, reconociendo nuestra conexión con los demás, y recorriendo el camino que nos ayuda a cultivar esa sabiduría con alegría.



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