¿Cómo podemos poner todo nuestro ser
en la práctica de nuestro arte?
Este es un tema de
entrenamiento interior más que de técnica marcial. Las artes del guerrero
combinan el entrenamiento físico y de técnicas marciales con la práctica
interior, el entrenamiento mental de la calma y la claridad. ¿Cómo podemos
entrenar ese ser interno y aprender a dirigir su energía?

No hay realmente
un enemigo físico, aunque podemos ver su forma ante nosotros, porque la esencia
del ser no tiene forma. Aunque en ocasiones nuestro ser puede quedar atrapado
por un movimiento o un deseo, hay otros momentos en los que eso es imposible. Cuando
el ser se expande ocupando el universo entero, ese espacio inmenso entre el
cielo y la tierra en el que vivimos y nos movemos, y sabemos aprovechar la
oportunidad cuando se presenta, podemos entonces utilizar todos los cambios,
eludir cualquier golpe, y neutralizar todos los peligros con una sola acción.
Aunque puede ser
difícil de entender en un principio, aquellos guerreros que se han entregado a
su práctica de corazón pueden entender la esencia de estas palabras, pueden
comprender la fuerza de su espíritu.
Aunque al navegar puede parecer que es la costa la que
se aleja de nosotros, si dirigimos nuestra mirada mucho más cerca de nosotros,
podremos darnos cuenta que es nuestro barco el que se mueve sobre el agua. De
igual manera, si observamos atentamente
en nuestro interior, en lugar de fijarnos sólo en el aparente peligro al que
nos enfrentamos, podremos descubrir dónde reside realmente el poder de la
victoria, sin dejarnos engañar por las apariencias.
Cuando consideramos lo que nos ocurre a través de las
ilusiones de nuestros sentidos y de nuestros prejuicios, podemos equivocarnos
pensando que nuestro ser es cambiante y depende de los factores externos. Pero
si miramos profundamente en nuestro interior, en la esencia de nuestro ser,
comprenderemos que todo lo que nos acontece, todo lo que vivimos, está en
nuestro interior, y que a todos los seres les ocurre igual.

Cada ser es
diferente, aunque miremos los mismos colores y formas, cada uno los ve a su manera,
los percibe e interpreta a través de sus filtros físicos y mentales. Todos los
conflictos y problemas con los que nos encontramos cada día, al cabo de cierto
tiempo, meses o años después, se habrán solucionado, y cuando nos llegue el
momento de la muerte, nadie más deseará estar con nosotros, sòlo quedará el
amor más profundo por nuestro ser.
Los conflictos en la vida se presentan de diferente
manera para cada persona, y cada cual necesita una forma diferente de
resolverlos. Por eso, debemos encontrar y crear nuestra propia forma. Si
intentamos simplemente imitar a otros, estaremos cayendo en un grave error. Nosotros mismos debemos crear el camino a
cada paso, poniendo todo nuestro ser en aquello que hacemos.
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