La cuestión más importante no es el
futuro del Camino del Guerrero y su mensaje, lo que es importante es la
realización generalizada por todo el mundo de la sabiduría y la compasión.
Está claro que por mucho que
aumente el desarrollo de la tecnología externa –supercomputadores, mejoras
genéticas, nanotecnología, biotecnología, tecnología espacial, etc.—no vamos a
acabar con las guerras, el racismo, la destrucción del medio ambiente, y la
injusticia global.
Los países que más armas producen y
exportan siguen sin sentirse seguros. A pesar de existir infinidad de almacenes
llenos de comida, millones de niños por todo el mundo siguen hambrientos.
Nuestros corazones sienten su sufrimiento y nos susurran al oído: ¿Qué podemos
hacer?
La realidad es que hay suficiente
comida en el mundo, lo que no hay es suficiente amor. El origen del sufrimiento
de millones de seres está en el corazón humano. Sabemos que esta es una gran
verdad, aunque nos cueste reconocerlo. Nuestro maravilloso desarrollo externo
debe equipararse ahora con el desarrollo interno de los seres humanos. Esta es
la gran tarea de nuestro tiempo.
El principio que puede crear una
sociedad y una vida con sabiduría es sencillo y universal: las acciones basadas
en la envidia, el odio, la falta de respeto, y la ignorancia, conducen
inevitablemente al sufrimiento. Las acciones basadas en sus opuestos
–generosidad, amor, respeto, y sabiduría—conducen con la misma seguridad a la
felicidad y al bienestar.

No son sólo ideales lejanos. Las buenas
noticias son que estas enseñanzas ofrecen prácticas poderosas y
transformadoras, formas directas de calmar la mente, abrir el corazón,
cuidarnos unos a otros, y de realizar la liberación y el despertar. Este es el
enorme regalo de las enseñanzas guerreras para el mundo moderno.
Las enseñanzas guerreras son el vehículo tradicional para estas prácticas
y verdades. Aunque está claro que no existe una única enseñanza guerrera, sino que
estas enseñanzas se manifiestan en diferentes formas, coexistiendo en cada
cultura diferentes tradiciones y linajes de enseñanzas. Son diferentes
manifestaciones de los innumerables medios para alcanzar el despertar: a través
de la devoción y la meditación, de la transmisión directa, del mito y los
relatos, de la comunidad y el ritual, del corazón sabio y la sociedad con
sabiduría. Hay escuelas y tradiciones conservadoras que preservan las antiguas
enseñanzas, y en cada generación, hay escuelas que se adaptan a su época y las
modernizan y renuevan. Aunque en ocasiones se miran mal entre sí por sus
diferencias, estas diferentes perspectivas se complementan la una a la otra, necesitamos
las dos.
Las tradiciones en occidente ya han
cambiado. Aunque no sabemos lo que traerán las próximas décadas, tenemos
ciertas pistas. Las enseñanzas guerreras en occidente ya no son tan
patriarcales como en el pasado, en la actualidad contamos con más mujeres como
líderes y maestras y más sabiduría femenina, y también son menos jerárquicas y
más democráticas. Hay menos tradiciones monásticas y las enseñanzas están más
orientadas a la vida laica, a la vida ordinaria dentro de nuestra sociedad moderna,
con trabajos y familias. Actualmente se pone más énfasis en la meditación y
menos en las prácticas de devoción y ofrenda. Hay una creciente utilización de
la compasión hacia uno mismo para equilibrar la ambición espiritual y el
esfuerzo mal encaminado.

Y, haciendo honor al mundo
capitalista en el que vivimos, las enseñanzas guerreras también se están
empaquetando de forma más atractiva y vendiéndose. Algunos están preocupados
por cómo se están “descafeinando” o diluyendo las enseñanzas, vendiéndose sin mayor
fundamento. Pero la historia se ríe de eso. Extendámoslas en miles de formas.
¡las enseñanzas se cuidan por sí mismas! La realidad de la vida, la verdad
atemporal, es magnífica por sí misma.
Aunque en la actualidad nuestra sociedad es una experta en usar
indebidamente y corromper las cosas, hay una tradición de siglos de usar
indebidamente las enseñanzas antes que nosotros. Podemos encontrar también
enseñanzas magníficamente “descafeinadas” repartidas por todo Oriente. Hay
escuelas que viven ganando dinero de los funerales, y millones de personas que
van a los templos y hacen ofrendas para tener éxito en los negocios, suerte en
su matrimonio, o para compensar sus fechorías. Aún así, esas sociedades
albergan también tesoros de profundas enseñanzas y excelentes practicantes. Enseñanzas
populares y devoción coexisten con profundas prácticas, como en un baile en el
que ambos fluyen y se manifiestan.
Dejemos que las enseñanzas
guerreras se extiendan por todas partes y se conviertan en algo tan común que
haya una comprensión invisible, una mayor humanidad en todos los campos.
Fomentemos la virtud, el bienestar interior, el respeto por la dignidad humana,
el cuidado de toda forma de vida, y el despertar de la libertad.
Dejemos que estas semillas de
bondad florezcan en miles de formas. Ni siquiera tienen que llamarse enseñanzas
guerreras. Pueden llamarse simplemente amor, porque amor es lo que necesita el
mundo.
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