Una breve práctica para dejar caer
tus prejuicios y ser más consciente de tu cuerpo y tus sentimientos.
Siéntate en un lugar tranquilo. Relájate profundamente. No te
aferres a nada. Suelta completamente esa mente que no para de pensar y que lo
juzga todo mientras mantienes los aspectos mentales de claridad y conocimiento.
Ahora levanta tus brazos frente a ti hasta la altura de los
hombros, mantenlos levantados un instante, y déjalos caer repentinamente sobre
tus rodillas. Mientras dejas caer los brazos, expulsa con fuerza el aire de tus
pulmones. Después di en voz alta: “¿A quién le importa? ¿y qué? ¡que así sea!”
Pase lo que pase, donde sea que “aterrices” después de dejar
caer tus brazos, déjalo que así sea. No hagas nada ni intentes bloquear nada.
Simplemente descansa. No hay necesidad de buscar algo nuevo o de intentar
conseguir algún estado o intuición especial.
Siente cualquier sentimiento o sensación que surja y
préstales una ligera atención. Siéntelo de forma natural y con suavidad, y no
intentes cambiar nada. Cuando surjan sentimientos incómodos, puedes relajarte y
confiar en ellos, sin analizarlos o intentar comprenderlos. Deja que sean como
son, sintiéndolos conscientemente mientras permanecen de forma natural en tu
cuerpo.
Puedes repetir esta práctica
hasta que puedas dejarte caer más completamente en tu cuerpo y tus
sentimientos.
Audio "Déjate caer en tus sentimientos"
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