Una breve enseñanza
sobre las percepciones y el valor de permanecer en calma.
En las montañas podemos encontrar lagos con un agua clara y
tranquila, reflejando la montaña y el cielo con una claridad inmaculada. Tú
puedes hacer lo mismo. Si estás tranquilo y en calma, puedes reflejar la
montaña, el cielo azul, y la luna exactamente como son. Puedes reflejar todo lo
que ves exactamente como es, sin ninguna distorsión.

A menudo no reflejamos las cosas con claridad, y sufrimos a
causa de nuestras percepciones erróneas. Imagina que vas caminando por el campo
cuando está anocheciendo y ves una serpiente en el camino. Gritas y retrocedes
asustado. Pero cuando enciendes la linterna y alumbras la serpiente, descubres
que no era ninguna serpiente, sino un trozo de cuerda. Esa es una percepción
distorsionada.
Cuando vemos cosas o escuchamos a alguien, a menudo no vemos claramente
ni realmente escuchamos. Vemos y oímos nuestras propias proyecciones y nuestros
prejuicios. No tenemos una claridad suficiente, y por tanto tenemos una
percepción errónea. Incluso si nuestro amigo nos está haciendo un cumplido,
podemos discutir con él al distorsionar lo que dice.
Si no estamos en calma,
si sólo escuchamos nuestras esperanzas y nuestro enfado, no seremos capaces de
recibir la verdad que está intentando reflejarse en nuestro lago. Tenemos que
dejar en calma nuestra agua si queremos recibir la realidad tal y como es. Si
te sientes agitado, no hagas ni digas nada. Sólo respira hasta que estés lo
suficientemente en calma. Entonces pídele a tu amigo que repita lo que ha
dicho. Esto te evitará muchos problemas. La
tranquilidad es el fundamento de la comprensión y la
intuición. La calma es fortaleza.
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