MEDITACIÓN DE INTERCONEXIÓN


Una meditación para profundizar nuestra sensación de interconexión

Esta es una práctica que directamente evoca la verdad de que no hay un yo separado y duradero, meditando sobre ello en el contexto de la interconexión.

Lee estas instrucciones y después siéntate o acuéstate, con la columna vertebral recta y tu cuerpo relajado para que la respiración pueda fluir fácilmente entrando y saliendo de tu cuerpo. Cierra los ojos. No hagas nada para manipular o regular tu respiración. Deja que tu experiencia sea como si durmieras estando muy despierto, dejando que el aire entre y salga con su propio ritmo.

Probablemente te darás cuenta de cómo tu diafragma se mueve arriba y abajo según tu pecho se expande o se contrae. Por supuesto que no puedes sentir que el aire que exhalas es rico en dióxido de carbono y el que inhalas es rico en oxígeno, pero seguramente lo sabes. Es muy probable que sepas también que la vida vegetal en el mundo -los árboles, los matorrales y las hierbas- captan en su respiración el dióxido de carbono y devuelven oxígeno al entorno. El reino vegetal y tus pulmones, mientras ambos sean capaces, se mantienen vivos mutuamente.

Sin ninguna intención por tu parte, tu cuerpo es parte del devenir del mundo, y el mundo es parte de la continuidad de tu cuerpo. Nada está separado. Tu vida es parte de toda la vida. ¿Dónde está entonces el yo?



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