TRES PREGUNTAS PARA AUMENTAR TU CONCIENCIA EMOCIONAL



La conciencia emocional va directamente en contra de nuestro profundamente arraigado hábito de la evasión.

Como una práctica que puedes hacer en cualquier momento del día, escoge alguna dificultad persistente, aflicción o dolor en tu vida. Puede ser desde alguna irritación persistente (como el habitual desorden de tu pareja) hasta algo mucho más profundo (como una agobiante sensación de culpa). En un principio, evita escoger una aflicción que pueda ser demasiado abrumadora emocionalmente.

Como una exploración preliminar, piensa en una dificultad, aflicción o dolor en tu vida. Según piensas en esta aflicción, ¿cómo la sientes y cómo afecta a tu cuerpo? Manteniendo atentamente esa sensación, empieza a hacerte las siguientes preguntas, escuchando internamente sus respuestas:


  1. ¿Cómo he respondido emocionalmente hasta ahora a esa aflicción, y cómo he sufrido por mi respuesta y mi reacción ante ella?
  2. ¿Qué me está diciendo este problema que debo soltar?
  3. ¿Qué dificultades, si las hay, estoy teniendo al hacerme profundamente consciente de mi respuesta emocional a esta aflicción?


La esencia de la práctica de la conciencia emocional es hacerse íntimamente consciente de cómo se siente el dolor, y especialmente de cómo se siente en el cuerpo. Esta es una práctica psicosomática. Lleva tu atención a donde sientas que está asentada la sensación, como en la cara sonrojada, en las aceleradas palpitaciones, en el vientre tenso, o en los apretados puños de rabia. Respira y lleva tu atención a ese espacio, porque esto ya es por sí mismo una práctica sanadora.







Más abajo puedes dejar un comentario sobre lo que te ha parecido esta publicación y también sugerir algún tema sobre el que te gustaría leer en futuras publicaciones. Gracias por tu colaboración.







Comentarios