BENEVOLENCIA


Todos queremos ser amados, sí, pero nuestro deseo más sincero es amar, de manera profunda y universal. Si esto nos parece un ideal inalcanzable, el lugar donde empezar, y a menudo la respuesta más útil, es una sencilla actitud de benevolencia.

Amor es una palabra que contiene muchas otras. Abarca algunas de las mejores cualidades del corazón –como el cuidado y la atención que los padres dan a sus hijos—así como también una multitud de defectos, como la posesividad del aferramiento y las ansias, o la necesidad de hacerse responsable de la felicidad de los demás. Esa es una de las razones por las que se habla del amor compasivo universal en lugar de sólo el amor universal, pero a menudo es mejor incluso pensar en ello como benevolencia.

Benevolencia es un deseo de felicidad, de verdadera felicidad. Mostrar abiertamente amor por cualquiera, estrechándolo entre tus brazos, puede ser malentendido, y no siempre es lo más conveniente. Una sencilla actitud de benevolencia puede ser lo más adecuado en la mayoría de las situaciones. La idea de expresar amor por todos puede parecer muy noble y emocionalmente satisfactorio, pero hay veces que no es lo más recomendable. Muchos seres pueden reaccionar a tu amor con sospecha y miedo, y es mejor dejarlos solos. Otros, pueden intentar aprovecharse injustamente de tu amor, interpretándolo o bien como un signo de debilidad, o como tu respaldo a cualquier cosa que quieran hacer. En ninguno de estos casos tu amor llevaría a la felicidad de nadie.

Esa es la razón por la que la benevolencia es tan a menudo el mejor lugar donde empezar –deseando el bien a la otra persona, pero dándonos cuenta que la verdadera felicidad es algo que en último extremo tenemos que encontrar cada uno por nosotros mismos.

Las enseñanzas guerreras confirman esta actitud al recomendar frases para mantener en mente cuando desarrollamos pensamientos de amor. Estas frases ofrecen una clara guía, no solamente hacia la cualidad emocional que subyace bajo la benevolencia, sino también hacia una comprensión de la felicidad que explica por qué es sabio y realista desarrollar benevolencia hacia todos los seres.

Algunas de estas frases recomiendan pensamientos para contrarrestar la mala voluntad, y concluyen con el deseo de que todos los seres “puedan cuidarse a sí mismos con facilidad”. En otras palabras, no estamos diciendo que vamos a estar ahí continuamente para todos los seres, porque la mayoría de ellos estarán más felices sabiendo que pueden depender de ellos mismos en lugar de tener que depender en nosotros.

Otra serie de frases sobre el amor incluyen el deseo de que todos los seres eviten las causas que les pueden conducir a la infelicidad:

“Que nadie engañe a otro o desprecie a nadie en ningún lugar,
ni que por enfado o resistencia desee el sufrimiento de nadie.”

Al repetir estas frases, recuerdas que para que la gente encuentre verdadera felicidad tienen que comprender las causas de la felicidad y actuar en consecuencia. También tienen que comprender que la verdadera felicidad no hace daño. Si depende de algo que daña a otros, no va a perdurar. Así que, de nuevo, cuando expresas benevolencia. no estás diciendo que vas a estar allí para ellos continuamente. Esperas que todos los seres llegarán a ser lo suficientemente sabios para valerse por sí mismos.

Hay frases que aconsejan proteger esta actitud de la misma forma en que una madre protegería a su único hijo:

“Como una madre arriesgaría su vida
para proteger a su hijo, a su único hijo,
de la misma forma uno debería cultivar un corazón sin límites
con respecto a todos los seres.”

Es importante que no malinterpretemos estas palabras. No nos están diciendo que queramos a todos los seres vivos de la misma forma que una madre quiere a su hijo. Están expresando un paralelismo entre proteger a un niño y proteger tu benevolencia, para asegurarse que tus virtuosas intenciones no flaquean. El daño puede darse más fácilmente cuando hay un fallo en tu benevolencia, así que tienes que hacer todo lo que puedas para proteger esta actitud en todo momento. Por esta razón, debemos estar decididos a practicar esta forma de atención, o mindfulness, teniendo en mente nuestro deseo de que todos los seres sean felices, para asegurarnos que esto motiva todo lo que hacemos.

Es por esto que los maestros guerreros recomiendan explícitamente desarrollar pensamientos de amor en dos situaciones donde es especialmente importante, y especialmente difícil, mantener una motivación adecuada: cuando otros te hacen daño, y cuando te das cuenta que tú has hecho daño a otros.

Las enseñanzas nos recomiendan que, si otros te hacen daño con sus palabras o actos, debes extender pensamientos de benevolencia hacia ellos y después más allá de ellos, al universo entero, expandiendo tu mente y haciéndola tan grande como el océano o como el planeta entero. En otras palabras, debes hacer que tu mente sea más grande que el daño que esas personas te están haciendo, o que amenazan con hacerte. Cuando puedes mantener este estado mental ampliado ante el dolor, ya no parece tan abrumador y ya no será tan probable que respondas inadecuadamente. Así te proteges tanto a ti mismo como a los demás contra cualquier cosa inadecuada que podrías de otra manera estar tentado a hacer.

Para los momentos en que te das cuenta que has hecho daño a otros, la recomendación es que comprendas que el arrepentimiento no va a deshacer el daño. Así que, si es apropiado disculparse, te disculpas, y en cualquier caso tomas la decisión de no repetir esa acción dañina. Después extiendes pensamientos de benevolencia en todas direcciones.

Así se consiguen muchas cosas. Te recuerda tu propia bondad, para que no vuelvas a algún tipo de negación, por defender tu autoimagen, que rehúsa admitir que se ha hecho el daño. Fortalece tu determinación a permanecer en tu decisión de no volver a hacer daño. Y te fuerza a examinar todas tus acciones para ver su verdadero efecto. Si cualquiera de tus otros hábitos es dañino, querrás abandonarlo antes de que cause más daño.

En otras palabras, no quieres que tu benevolencia sea simplemente una idea sin fundamento. Quieres aplicarla escrupulosamente a la esencia de todas tus interacciones con los demás. De esa manera tu benevolencia será sincera, y tendrá un verdadero impacto, que es el motivo por el que desarrollamos esta actitud en un principio, para asegurarnos que impulsa verdaderamente nuestros pensamientos, palabras y actos de una manera que lleven a una felicidad que no dañe a nadie.

También hay frases que se utilizan para extender la benevolencia hacia seres dañinos que podemos encontrar en nuestro camino. Aunque pueda sorprendernos, estas frases concluyen con “Que se vayan estos seres”. Esta frase revela la verdad de que, a menudo, vivir junto a ciertos seres es difícil, especialmente para seres de diferente especie que pueden hacerse daño mutuamente, y lo más adecuado y feliz para todos los implicados es vivir separados unos de otros sin hacerse daño.

Estas formas diferentes de expresar amor muestran por qué la benevolencia es con frecuencia una actitud más útil que expresiones abiertas de amor, por tres razones. La primera es que la benevolencia es una actitud que puedes expresar hacia cualquiera sin temor de ser hipócrita o poco realista. Si las personas a tu alrededor no han estado comportándose de una manera adorable, es bueno recordarte que, aunque no apruebes su comportamiento –ni siquiera tienen que gustarte—sigues deseándoles el bien.

La segunda razón es que la benevolencia es un sentimiento más adecuado hacia aquellos que podrían reaccionar a tu amor de una manera más inadecuada. Probablemente habrá personas a quienes has herido en el pasado quienes no querrán volver a tener nada que ver contigo, por lo que la intimidad del amor podría ser para ellas un motivo de dolor, en lugar de alegría. También hay gente que, cuando vean que tú quieres expresarle amor, querrán rápidamente aprovecharse de ello. En estos casos, una sensación más distante de benevolencia –que te prometes a ti mismo nunca hacer daño a estas personas o a estos seres—será mejor para todos.

La tercera razón es que la benevolencia actúa como una comprobación de tu comportamiento hacia aquellos que amas para evitar que se vuelva opresivo. Te recuerda que en realidad las personas serán verdaderamente felices no como resultado de tu cuidado por ellas, sino por sus propias acciones hábiles, y que la felicidad de la confianza en sí mismo es mayor que cualquier felicidad que pueda venir de la dependencia. Si realmente sientes benevolencia hacia ti mismo y hacia los demás, no dejarás que tu deseo de intimidad te haga despreciar lo que realmente sería la manera más hábil de promover verdadera felicidad para todos.


De esta manera la benevolencia te protege de torpes excesos, tanto de tu mala voluntad como de tu amor, y también protege a todos los que te rodean.




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