LOS SIETE PRINCIPIOS



El Bushido, o Camino del Guerrero, nació de la fusión de dos corrientes filosóficas o espirituales, el budismo y el sintoísmo. Este camino de conocimiento y realización se puede resumir en siete puntos, o principios esenciales:

Gi: La actitud correcta, la rectitud, la decisión justa basada en la ecuanimidad, la verdad. Cuando hay que morir, hay que morir.
Yu: El valor heroíco.
Jin: El amor universal, la benevolencia hacia toda la humanidad.
Rei: El respeto, el comportamiento justo, que es un punto fundamental.
Makoto: La sinceridad total y absoluta.
Meiyo: El honor y la gloria.
Chugi: La devoción, la lealtad.



Estos son los siete principios del Camino del Guerrero, del espíritu del Bushido. El Camino del Guerrero es imperativo y absoluto. Para recorrer este camino es fundamental la práctica, que viene a través del cuerpo desde el inconsciente. Tanto la práctica física a través del entrenamiento en las diferentes artes y técnicas marciales, como el entrenamiento espiritual o interno que se consigue a través de las diferentes prácticas contemplativas o de meditación. Por eso se le da tanta importancia a la educación del comportamiento justo o adecuado.

El Bushido y el budismo se han influido mutuamente en diferentes aspectos, pero el budismo ha marcado especialmente al Camino del Guerrero en cinco aspectos:

  • Apaciguar los sentimientos.
  • Obediencia y calma ante lo inevitable
  • Dominio de sí mismo ante cualquier situación.
  • La conciencia constante de la muerte
  • La pobreza


Actualmente, en Occidente, se confunden las artes marciales con las artes de la guerra, y se han convertido en un deporte, en simplemente técnica sin el espíritu del Camino del Guerrero. En esencia, la meditación y las artes marciales tienen un único sabor, están unidas. Tanto en la meditación como en las artes marciales, el entrenamiento es fundamental. ¿Cuánto tiempo hay que entrenar? ¿durante cuántos años hay que practicar la meditación? La respuesta es sencilla: “hasta la muerte”. Pero muchos, sobre todo los occidentales, no se quedan muy contentos con esta respuesta, con esta idea de un camino interminable. Todos quieren aprender rápidamente, y con el menor esfuerzo, incluso en un solo día pretenden descubrir el secreto que les haga dominar la técnica. Quieren comprender intelectualmente, pero no es ese el camino. El dojo, el lugar de práctica no es como ir al colegio o a la universidad. El Camino del Guerrero continúa hasta la muerte.







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