BREVE MEDITACIÓN SOBRE LA COMPASIÓN



  • Contempla las diferentes maneras en que te beneficias de las contribuciones de muchas otras personas, incluyendo a un sinfín de extraños. Reconoce que es la presencia de otros lo que hace posible que tú vivas, que es su presencia lo que da significado a tu existencia, y que son sus actos los que contribuyen a tu bienestar.
  • Ahora permite que se abra tu corazón para que pueda surgir en ti un sentimiento de aprecio y gratitud. Permanece en este estado, y deja que los pensamientos y sentimientos positivos que puedas experimentar impregnen todo tu ser.
  • Después contempla este pensamiento: “De la misma manera que yo me siento feliz cuando otros desean mi bienestar, y me siento emocionado cuando otros muestran su preocupación por mi dolor y mi pena, que todos los demás puedan sentir lo mismo. Igualmente, yo me regocijaré por la felicidad de los demás y me preocuparé por su dolor y su pena”.
  • Una vez más, recuerda tu profundo reconocimiento de que los demás aspiran a ser felices y evitan el sufrimiento igual que lo haces tú mismo. Abre tu corazón para regocijarte en la felicidad de los demás y conectar con su dolor.


Ahora, una vez que has llevado a tu mente el reconocimiento fundamental de que todos los demás, igual que tú mismo, aspiran a la felicidad y desean evitar el sufrimiento, y has reflexionado sobre la profunda naturaleza interconectada de ti mismo y los demás, deja que tu corazón se empape de la sensación de conexión con los demás.








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