PERDER LA ARMONÍA CON EL CAMINO



El apego y el rechazo nos hacen perder la armonía en nuestro camino.

El agua no elige por dónde fluir, simplemente sigue el orden natural del universo, deja que su propia naturaleza esté en armonía con su camino, fluyendo libre por el terreno que la acoge y permite continuar su recorrido. Los seres humanos, siempre insatisfechos, desean que llegue el calor del verano cuando es invierno, y cuando llega el verano están deseando sentir el frío del invierno.

El apego a la comodidad nos impulsa a buscar el calor en invierno, y el rechazo de lo incómodo nos hace desear que llegue el frío cuando sufrimos el agobiante calor del verano. ¿Podemos en el invierno encontrar el calor del verano? ¿Podemos en pleno verano sentir el frío del invierno? ¿Dónde está ese lugar en el que no hace ni frío ni calor?

Cuando sientas el calor del verano, no lo juzgues, no te apegues a él, simplemente siéntelo, conviértete en el calor, o deja que el calor seas tú mismo. Cuando te encuentres con el frío del invierno, no lo rechaces, conviértete en el mismo frío. Fluye por tu camino, como el agua por la montaña, sin apego ni rechazo, simplemente en armonía con tu camino y el universo.





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