Una meditación para
descubrir la enseñanza oculta en las dificultades
Siéntate tranquilamente, sintiendo el ritmo de tu
respiración, y permite que tu mente se vaya calmando poco a poco y esté abierta
y receptiva. Después, cuando sientas que estás en calma, piensa en una
dificultad con la que te encuentres en tu práctica o en cualquier aspecto de tu
vida. Al pensar en esa dificultad, siente cómo eso afecta a tu cuerpo, a tu
corazón, y a tu mente. Prestando atención a lo que sientes, empieza a hacerte
algunas preguntas y esperando el tiempo necesario para escuchar las respuestas
en tu interior:
¿Cómo he tratado esta dificultad hasta ahora?
¿Cómo he sufrido con mi propia respuesta y reacción ante
ella?
¿Qué me está indicando este problema que tengo que soltar?
¿Cuánto de ese sufrimiento es inevitable y cuánto estoy
dispuesto a aceptar?
¿Qué gran lección podría enseñarme esta dificultad?
¿Cuál es el oro, el valor oculto escondido en esta
situación?
Al contemplar la dificultad y reflexionar de esta forma, la
apertura y la comprensión pueden aparecer poco a poco. Toma tu tiempo, no
tengas prisa en dejar de contemplar la dificultad, siente y saborea lo que
provoca en ti, y escucha atentamente las respuestas que surgen de tu interior.
Como todas las meditaciones y otras prácticas, es útil repetir esta
contemplación unas cuantas veces, escuchando cada vez respuestas más profundas
de tu cuerpo, de tu corazón y de tu ser.
Más abajo puedes dejar un comentario sobre lo que te ha parecido esta publicación y también sugerir algún tema sobre el que te gustaría leer en futuras publicaciones. Gracias por tu colaboración.
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por tu colaboración.