El Camino del Guerrero no es difícil,
sólo tienes que evitar el apego y la lucha.
El Camino
del Guerrero está aquí mismo, lo estás recorriendo aunque aún no te hayas dado
cuenta. Es lo que sientes dentro de ti, y la forma en que vives tu mundo, ahora
mismo, en este lugar, en este momento de tu vida. ¿Te parece fácil vivir?
¿Sientes que es difícil seguir adelante? ¿Cómo te sientes en este momento?
Puedes decir que la vida es dura y difícil, o que simplemente vivir es fácil,
pero ¿cuál es la realidad? La vida es tal como es, aunque la percibas como “fácil”
o “difícil” en diferentes momentos, con diferentes circunstancias, la vida ES
vida, es como es. Unas veces será agradable vivir algunos momentos, y en otras
ocasiones pasaremos por circunstancias desagradables pero la realidad es tal
como es, aunque la experimentemos de diferentes maneras.

Lo que
apreciamos como agradable o placentero nos invita a apegarnos a ello. Cuando
encontramos algo desagradable en la vida, reaccionamos luchando para intentar
alejarlo de nosotros. Pasamos la vida persiguiendo lo que nos da placer y
huyendo de las cosas, circunstancias y personas que nos desagradan, sin darnos
cuenta que nos volvemos esclavos de esos impulsos, quedándonos atrapados entre
el apego y la lucha. Creamos diferentes corazas para protegernos de lo
desagradable y, al apegarnos a lo que nos resulta placentero, “oxidamos” esas
corazas, fundiendo sus límites por aferrarnos ansiosamente a lo que nos atrae sin
dejar espacio para la experiencia tal como es. Así acabamos encerrados en
nuestra propia armadura, aparentemente protegidos, pero incapaces de sentir la
suave caricia de la vida en nuestra piel.
Abriendo nuestro corazón
a la experiencia tal como es, sin juzgarla ni calificarla, podemos alejarnos
del apego y la lucha, y recorrer el camino con atención y conciencia.
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