DEDICAR EL MÉRITO



Si dedicamos nuestra práctica a los demás, se convierte en algo más abierto y beneficioso.

Muchas prácticas espirituales acaban dedicando el beneficio de nuestra práctica para aliviar el sufrimiento de los seres y ayudarles a despertar.

Cuando hablamos de mérito, nos referimos a hacer algo valioso, que genera valor. Cuando meditamos o realizamos cualquier otra forma de práctica espiritual como yoga, cánticos, oraciones, etc., estamos acumulando mérito. Dedicar este valor, esta energía acumulada, a todos los seres expande nuestra práctica más allá de nosotros mismos.

Si no lo hemos hecho antes, cuando por primera vez dedicamos el mérito al final de una sesión de práctica, es muy posible que notemos un cambio significativo en nuestra meditación. Quizás notemos que la práctica ha sido más abierta y más fácil, porque ya no era solamente para mí. Dedicar el mérito a los demás libera la práctica para incluir a todos los seres, y eso de alguna manera relaja las tensiones en la meditación, haciéndola más fácil.

Cuando incluimos a los seres humanos, a los animales, y a cualquier otro ser en nuestra práctica, nuestra mente se conecta con billones de seres. Esto expande nuestra conciencia hacia la inmensidad del Universo. Desde nuestra perspectiva habitual pequeña y limitada, nos experimentamos separados de los demás, pero en realidad no es así porque todos somos interdependientes. Cuando dedicamos el mérito de nuestra práctica a todos los seres, estamos alineados con la verdad de la realidad, y el concepto de nosotros mismos se expande, incluso si no nos damos cuenta de ello inmediatamente.

Al dedicar nuestra meditación para aliviar el sufrimiento de todos los seres, estamos llevando a cabo un tremendo acto de imaginación al pensar que todos los seres son libres, están en paz y han alcanzado el despertar. Imaginar esto amplía nuestra mente y crea la posibilidad para que eso ocurra realmente, porque si no podemos imaginar algo es casi imposible que lo llevemos a cabo.

En este tremendo acto de imaginación, nuestra visión incluye igualmente a todos en nuestro amor. Esto desarrolla nuestra generosidad, amor compasivo, y nuestro compromiso por ser ecuánimes con todos los seres. Este tipo de benevolencia no condona los actos destructivos de nadie, más bien busca la posibilidad de liberar y transformar la ignorancia que conduce a la gente a cometer esos actos destructivos.

Dedicar el mérito de nuestra meditación o práctica espiritual está estrechamente relacionado con establecer una intención al principio de nuestra práctica. Esto nos ayuda a cultivar lo que llamamos la mente despierta. De esta forma entramos en la meditación con la intención de beneficiar a todos los seres. Después de establecer esa intención realizamos la práctica, y después, cuando hemos acabado, hacemos nuestra dedicación.

De la misma manera que hacer la dedicación potencia nuestra práctica espiritual, también puede potenciar todas nuestras acciones en la vida diaria. El mérito acumulado por cualquier acción, incluso por lavar los platos o caminar hasta el trabajo, puede dedicarse para el beneficio de todos los seres. Eso quiere decir que podemos hacer una dedicación al concluir una práctica espiritual, o al final del día, después de comer, o al concluir cualquier actividad.

Hay muchas fórmulas de dedicación, e incluso puedes crear una dedicación con tus propias palabras. Una de las más comunes es:

“Por este mérito puedan todos alcanzar la omnisciencia. Pueda derrotar al enemigo, las malas acciones. De las olas tormentosas del nacimiento, la vejez, la enfermedad y la muerte, del océano del samsara, pueda yo liberar a todos los seres”

A veces se hace una dedicación simplemente a la inmensidad del espacio, al aspecto esencial y último del Universo, el espacio en el que todos los fenómenos se manifiestan, permanecen, y en el que se vuelven a disolver.

Un ejemplo de este tipo de dedicación es:

“Para el beneficio de todos los seres sin excepción, dedico sin reticencia alguna todo el mérito que haya podido acumular a través de actos virtuosos a la incomparable expansión de la totalidad”

Pero, como se ha comentado antes, puedes hacer una dedicación sencilla con tus propias palabras como, por ejemplo, algo así:

“Dedico toda la energía acumulada para el beneficio de todos los seres, que se disuelva la ignorancia de sus mentes y se liberen del sufrimiento para siempre”

Lo más importante es la intención que generamos en nuestra mente, tanto antes de comenzar nuestra práctica, como al finalizarla.

Cuando al concluir nuestra práctica, o cualquier otra actividad positiva, dedicamos a los demás el mérito que hemos acumulado, nos acercamos más a la realización de la naturaleza no dual de la realidad y aumentamos nuestra capacidad de beneficiar a la totalidad. Paradójicamente, al dedicar el mérito de nuestra meditación para el beneficio de todos los seres, también acumulamos más beneficio para nosotros mismos, lo que nos ayuda a acercarnos más a la realización de la verdad tal y como es.




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