LAS SEIS PERFECCIONES



Algo que caracteriza al Camino del Guerrero es el corazón despierto, es decir, la intención de guiar a todos los seres hacia el despertar. El guerrero tiene un compromiso personal de alcanzar ese estado de despertar para ayudar a los demás y, para ello, recorre su camino trabajando con las seis perfecciones.

En el Camino del Guerrero, la visión, la práctica y la acción están enfocadas en ayudar tanto a uno mismo como a los demás. En cierta forma, el guerrero se asemeja a un barquero cuyo propósito es ayudar a sus pasajeros a cruzar un río. Al mismo tiempo que lleva a los demás a la otra orilla, el barquero también cruza el río. Estas perfecciones le ayudan a cruzar a la otra orilla.


Las Seis Perfecciones son: generosidad, disciplina, paciencia, esfuerzo, meditación, y sabiduría. Practicar estas perfecciones es la mejor forma de que el guerrero obtenga la energía y la fuerza necesaria para hacer cruzar las aguas de la confusión a todos los seres.

Lo esencial para despertar el corazón es ponerse en el lugar de los demás, y los dos elementos que le permiten a uno hacer esto son el amor bondadoso y la compasión. El amor bondadoso es engendrado por el deseo de que todos los seres disfruten de felicidad y de sus causas. La compasión surge al desear que todos los seres estén libres de sufrimiento y de sus causas. Cuando unimos estos dos elementos, tenemos el corazón despierto, el compromiso del guerrero de llevar a todos los seres hasta el estado del despertar.
El amor y la compasión son esenciales en el Camino del Guerrero y en sus enseñanzas. El amor y la compasión nos llevan al despertar, porque para que los seres sean verdaderamente felices, deben comprender cuál es la verdadera causa de la felicidad, y para poder liberarse del sufrimiento, tienen que comprender qué es lo que realmente les va a liberar del sufrimiento. Si los seres no comprenden la causa, es posible que tengan un estado temporal de felicidad, pero nunca tendrán una felicidad permanente.


El guerrero ve la multitud de seres pasando una y otra vez por diferentes ámbitos de existencia, esforzándose cada vez más por alcanzar la felicidad, cada uno a su manera, impulsados por el enfado, la envidia, el deseo, el orgullo o la ignorancia. Claramente, estos seres están sufriendo continuamente y totalmente confusos sobre cómo liberarse. Por eso, el guerrero ve la necesidad urgente de poner en acción ese corazón despierto y liberarlos.

El guerrero se ha comprometido consigo mismo a seguir en esta existencia cíclica de dolor y sufrimiento hasta que todos los seres tengan una perfecta visión, meditación, acción y las seis perfecciones. Cuando todos los seres hayan perfeccionado esto, el guerrero se asegurará de que alcancen las nobles cualidades de un perfecto despertar. De esta forma, el guerrero es como un pastor, que permanece hasta que todos los seres alcancen ese estado perfecto.

Los guerreros alcanzan el despertar como un medio para guiar a todos los seres a despertar su corazón y alcanzar ese mismo estado despierto. Así, el guerrero alcanza el despertar por el beneficio de todos, demostrando primero ese principio para que otros seres le sigan.

Las enseñanzas guerreras dicen que un corazón despierto, que considera el bien de los demás, protege la mente como si fuera una armadura. Al despertar el corazón liberamos la mente del temor. Así mismo, ese corazón despierto nos da una felicidad constante y acumula una enorme energía positiva. Cuando empezamos a comprender la impresionante potencia del corazón despierto y sus beneficios, enfocamos nuestra mente en despertarlo. Por eso, el guerrero, ya sea que esté sentado, comiendo, andando, o hablando, desarrolla esta actitud, acumulando increíbles cantidades de esa invisible, pero poderosa, energía positiva.





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