Cuarta virtud del Bushido, el Camino del Guerrero
Los guerreros no tienen motivos para ser crueles. No necesitan
demostrar nunca su fuerza. Un guerrero es cortés incluso con sus enemigos.
Sin esta muestra directa de respeto no somos mejores que los animales. Un guerrero
recibe respeto no solo por su fiereza en la batalla, sino también por su manera
de tratar a los demás. La auténtica fuerza interior del guerrero se vuelve
evidente en tiempos de apuros. Cortesía y respeto a todos, incluso hacia los
enemigos. En los peores momentos es cuando se muestra la fuerza interior.
Tratar con respeto al enemigo significa nunca menospreciarlo, y buscar
emparejar su nivel, aunque éste pudiera ser menos hábil.
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