PREPARARSE PARA LO INESPERADO


¿Te gustan las sorpresas? Si es así ¡enhorabuena! Porque seguro que la vida te va a dar unas cuantas. Una de las pocas cosas de las que podemos estar seguros en esta vida es que todo está en continuo cambio. Esto implica que no van a haber dos situaciones exactamente iguales, ni vamos a poder manejarlas de la misma manera. Por mucho que intentemos tenerlo todo bajo control, siempre nos vamos a encontrar con algo que no esperábamos.

Si tenemos claro que la vida está en continuo cambio, vamos a entender que no hay “recetas” para cada una de las situaciones, porque no hay dos iguales. Sería imposible tener un manual que explicara cómo actuar en cada situación que podemos encontrar. De todas maneras, aunque no tengamos manual alguno, hay algo mucho más sencillo que podemos hacer para manejarnos mejor en toda situación: prepararnos para lo inesperado.

Pero ¿cómo podemos estar preparados para algo que no sabemos lo que va a ser? – te preguntarás. Desarrollando la atención y la conciencia en nuestra vida es la respuesta, y Mindfulness una excelente forma de trabajar esas cualidades.

Las situaciones inesperadas, la mayoría de las veces, nos pillan por sorpresa porque no las hemos visto venir. Estábamos tan enfrascados en nuestros asuntos cotidianos o preocupaciones, con una visión tan limitada, que no hemos sido capaces de percibir los primeros signos de alerta, cuando comenzaba a formarse lo que más tarde sería una situación imprevista. Un fuego comienza con una chispa o una pequeña llama. Si estamos alertas y conscientes de nuestro entorno, podremos evitar con mucha facilidad la sorpresa de un gran incendio, apagando esa llama incipiente.

Evitar sorpresas desagradables puede ser tan sencillo como cerrar la ventana abierta cuando comienza a llover, para evitar que entre agua en la habitación; ser consciente de los pagos y las compras que estamos haciendo, para no quedarnos en números rojos; o darnos cuenta que no podemos sobrecargar de responsabilidad a un empleado que no está preparado, para que no acabe cometiendo errores de graves consecuencias.

Al final, prepararse para lo inesperado se reduce a dos cosas: Estar atentos y conscientes para ver venir la situación, antes de que se descontrole y tenga fatales consecuencias, y la otra, si nos pilla por sorpresa la situación, mantener la calma para actuar adecuadamente.

Comentarios