Una
vez que conseguimos tener una mente más estable, capaz de permanecer el tiempo
que sea necesario en el objeto de nuestra atención, y vemos con claridad lo que
la situación requiere para resolverla de la manera más adecuada, sólo nos queda
tener la suficiente fuerza de voluntad o resolución para hacer lo que tiene que
ser hecho.
Muchas
veces sabemos que lo que estamos haciendo, ya sea fumar o comer más de la
cuenta, no es nada beneficioso para nosotros, pero a pesar de ello seguimos
haciéndolo y sufrimos las consecuencias. Esa fuerza de voluntad, de la que
parecemos carecer en ocasiones, es una cualidad que también se entrena y
fortalece con la práctica de Mindfulness.
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