Antes de emprender la tarea de descubrir y trabajar con nuestros recursos,
deberíamos echar un vistazo a nuestra forma habitual de vivir: ¿cómo actuamos
en nuestra vida?
Tomemos
por ejemplo una conversación, con un compañero de trabajo o una amistad que
encontramos en la calle. Si somos honestos, la mayoría de veces que hablamos
con alguien, nuestra mente se va a lo que hemos dejado pendiente o a lo que
vamos a hacer a continuación. Incluso, si permanecemos en la conversación,
mientras nuestro interlocutor habla estamos pensando en lo que nosotros vamos a
contestar o a decir, en lugar de simplemente escuchar.
¿No
te ha ocurrido alguna vez que, mientras conduces para llegar a casa, tu mente
está ausente en otros asuntos y sin darte cuenta has llegado a tu destino?
También trabajando, o realizando tareas cotidianas, solemos poner el “piloto
automático” y desconectar de la experiencia del momento, volando con nuestra
mente a lugares lejanos, mientras nuestro cuerpo sigue en casa. Tal vez hoy,
mientras te duchabas, te hayas dado cuenta que no estabas allí solo, sino que
te habías llevado a tu jefe o a tus compañeros de trabajo también a la ducha,
porque no dejabas de pensar en ellos, en lugar de simplemente experimentar la
sensación del agua al caer sobre tu piel.
Estos
son simplemente algunos ejemplos de cómo solemos vivir: con el cuerpo en un
lugar y la mente en otro. Nos movemos durante el día con una mente y un cuerpo
disociados, lo que nos lleva a sufrir muchas veces desagradables consecuencias
como inoportunos comentarios, errores en nuestro trabajo, y otra gran cantidad
de “tropiezos”, físicos y mentales, por nuestra falta de atención.
Las
diferentes técnicas de Mindfulness nos ayudan a sincronizar cuerpo y mente, en
el momento presente, haciéndonos vivir una experiencia, muchas veces
sorprendente, de cómo podemos cambiar nuestra realidad, incluso la realidad física,
dependiendo de nuestro enfoque mental, de si prestamos o no atención a lo que
estamos haciendo.
Es
sorprendente comprobar mediante algunos ejercicios prácticos cómo la mente es
aparentemente capaz de duplicar nuestro peso corporal, o de infundirnos una
fuerza arrolladora gracias a la cual no hay obstáculo que nos detenga. No es
magia, no hay truco, es simplemente el poder de sincronizar cuerpo y mente, de
estar “plena-mente” en lo que sea que hagamos.
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